Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

lunes, 9 de abril de 2012

LITERATURA Y SIDA: El SIDA como Musa de Negro Velo.


Desde la primera aparición del SIDA, tanto como fenómeno social y de salud, generó un estado de tensión en el mundo, esto a su vez compuso un rechazo a la comunidad LGBT y dentro del microcosmos de la comunidad de ambiente gay suscito igualmente otra tensión que no sólo afecto a los enfermos sino también a los familiares y amigos que se vieron sumergidos por el VIH. Esta terrible tirantez arrojo una oleada de creatividad literaria que le quería contar al mundo su realidad, así el SIDA, agente asesino y criminal, truncador de sueño, se convirtió en un objeto de creación, en otra Musa, pero de velo oscuro que hizo de su inevitable mundo de muerte un “paraíso” para que nacieran nuevas letras, nuevos escritores, tal como lo aseguro Carlos Monsiváis:

“El surgimiento del Sida como epidemia mundial aparejó la llegada de una literatura con tonos de elegía, muy cercana al modelo clásico de León Tolstoi en “la Muerte de Iván Ilich, con vocación de testamento mediante una fuerza narrativa enorme.”[1]

El periodista y crítico teatral venezolano Edgard Moreno Uribe en su libro “El Arte del Sida” llama al flagelo del VIH “una nueva musa para las artes”[2], además afirma que el SIDA se ha convertido en un nuevo agente inspirador:

“Tras la irrupción del Sida”… “de esa epidemia que ha causado insospechados estragos en todos los niveles de la vida social mundial”… “surgió y se consolidó un movimiento artístico en torno a la enfermedad que incluye todas las formas de expresión, surgiendo así un Arte del Sida, un arte creado por los infectados de HIV o por aquellos artistas que sin seropositivos, no podían permanecer impávidos ante la desaparición de sus mejores amigos.”[3]

Así, a pesar de su corto periplo como pandemia el SIDA ha generado en los Estados Unidos y gran parte de Occidente una enorme cantidad de literatura gay enmarcada en los ideales, sufrimientos y aventuras de los hombres gays y mujeres lesbianas que padecieron y padecen el mal. Estas letras o libros han ayudado en gran parte a reflejar la epidemiología de la enfermedad, los hechos que padecen los familiares y amigos, el dolor de quien sufre el VIH en carne propia, pero también a traer conciencia política, como la  disposición a aceptar el problema, y ​​en parte en dar a conocer el estado de marginación en que se vieron los enfermos  y la estigmatización que sufrieron y que aún sufren muchos hombres y mujeres con VIH.

A pesar de que la infección por VIH está aumentando proporcionalmente más rápido ahora en otros grupos de riesgo, como las mujeres heterosexuales y usuarios de drogas, sigue siendo la comunidad gay la que produce la mayor literatura sobre SIDA.

La literatura u obras literarias que ha generado el SIDA,  incluso en sus ejemplos más intimistas, ha sido inevitablemente una literatura social. Común a todos ha sido un deseo de "hablar" de lo “inexplicable”, de lo “innombrable”, de lo que muchas veces es difícil de expresar sobre el SIDA, lo que quiere esconder la sociedad no por miedo sino por hipocresía, con el propósito que el público entre en más en "contacto" con el tema y su terrible realidad. Algunos autores  tienen como prioridad  exponer a los lectores lo más cerca posible a la emergencia de la epidemia y el sufrimiento de las personas afectadas. En sus más crudos ejemplos, este tipo de literatura imita a un asalto frontal a la negación de la sociedad mayoritaria, empujando a los lectores en un encuentro directo y crudo, encuentro que no se alivia, imaginativo con la devastación del SIDA.

Al mismo tiempo, la literatura del SIDA también ha tenido o generado una forma ligera y hasta cómica, muchas veces irónica, de presentar la realidad, así el autor convierte el SIDA y quienes la padecen en el payaso triste (pero al fin y al cabo payaso) del circo (circo que no es más que la sociedad) donde todos se ríen de su fatalidad,  pero que al final llegan a comprender y entender la verdad de una enfermedad cruel más por la discriminación y la estigmatización que conlleva.

A pesar que una cierta escritura del SIDA había aparecido antes, no fue sino hasta 1985 que el SIDA se convirtió en un reconocido fenómeno literario, especialmente en Estados Unidos de Norteamérica, con el éxito de dos  obras de teatro de Nueva York, una de William M. Hoffman “As is” y una obra de Larry Kramer  “The Normal Heart”.

En “As is” Hoffman retrata a Rich, un joven escritor que está empezando a encontrar el éxito, y que trata de romper con su pareja Saúl, un fotógrafo profesional. La separación es particularmente difícil para Saúl, quien todavía ama profundamente rica Rich, quién tiene otro amante. Sin embargo el idilio de Rich con su nuevo amante es de corta duración cuando se entera que tiene SIDA y vuelve a la de buen corazón de Saúl. La enfermedad va evolucionado lenta y horriblemente. A partir de entonces la acción se compone de un mosaico escenas cortas, algunas profundamente conmovedoras, otras con brillante humor, que captan  la relación de Rich con amigos y familiares, y la fría impersonalidad de los médicos y enfermeras que lo cuidan, asimismo se trasluce los diversos aspectos de la comunidad gay de Nueva York. Al final, el efecto de la obra es emocionalmente abrumador, un examen honesto y despiadado de una relación profundamente humana destrozada por una fuerza ciega y destructiva que no puede ser modificada o dejada de lado.

En “The Normal Heart” nos muestra cuando el SIDA se extendió por Nueva York y existía mucho desconocimiento acerca de una enfermedad que se tildó como "el cáncer gay". El argumento de la obra desgrana la forma en la que la sociedad estadounidense asimiló la llegada de la gran epidemia. La obra es de carácter autobiográfico y cuenta la historia de un activista gay que lucha por encontrar la verdad de la nueva enfermedad mientras ve desvanecer a su amante, un periodista que lleva su homosexualidad muy bien guardada en el closet. Una obra teatral que desnuda la crudeza de la discriminación en los primeros años del mal.

En 1985 apareció en “The Fligth from Nevèrÿon” del escritor afroamericano Samuel R. Delany  la historia corta " The Tale of Plagues and Carnivals” (El cuento de las plagas y carnavales). En el cuento noveno de la serie (una novela en sí misma), una enfermedad relacionada con el  sexo estalla en Nevèrÿon, y es más frecuente entre los homosexuales. En esta historia  el paralelismo entre Nevèrÿon y la ciudad de Nueva York en el segundo año de la epidemia del SIDA es muy parecida, el escritor en su ciencia ficción maneja los mismos códigos que se manejaron en aquel entonces en la Gran Manzana, mezclando magistralmente la realidad con una narración acerca de una plaga similar en su reino de fantasía.

En 1986 el escritor y activista negro Joseph Beam recopila o crea una antología homoerótica del hombre negro “In the Life: A Black Gay Anthology” donde aparece una obra de Craig G. Harris “Cut Off from Among Their People”, un retrato temprano del SIDA entre los afroamericanos, sobre un hombre que es rechazado por la familia de su amante en el funeral de su amado.

En Francia en 1987 aparece el intenso “Corps à Corps”, en español “Cuerpo a Cuerpo y traducido al inglés como  “Mortal Embrace”, de Emmanuel Dreuilhe. Alain Emmanuel vive con el SIDA. Escribe un diario, un diario de su enfermedad, a través de él reflexiona sobre su dolencia, es un grito de vida: el rechaza el veredicto de muerte, pero es imposible, la obra se vuelve todo un testimonio sobre la intimidad del quién padece el SIDA y de todos quienes lo rodean. “Cuerpo a Cuerpo” es el relato de una lucha cotidiana consigo mismo, donde se alternan las esperanzas y las derrotas, las victorias y las caídas de un hombre y su lucha contra el mal. Lo más interesante del libro es que el escritor convierte el recurso literario en un arma contra el SIDA.

Ese mismo año aparece de Randy Shilts “And the Band Played On” un libro que retrata los por menores del descubrimiento del SIDA por parte de la comunidad científica en Estados Unidos y Francia, asimismo nos cuenta la forma en que la sociedad internacional aborda el tema como una forma de discriminación contra los homosexuales y la lucha de la comunidad gay que enfrenta una nueva estigmatización. Exitosa novela que fue llevada a la televisión en 1993 y que conquisto numerosos premios.[4]

En Venezuela surge como una bomba la obra teatral de Amado Naspe “Síndrome”, desde entonces un grupo de artistas y escritores teatrales se unen para llevar a escenarios caraqueños y del país obras que hablen sobre SIDA, a veces son acogidos con entusiasmo otras veces son ignorados por el público, sin embargo su esfuerzo no es en vano, en una sociedad caraqueña que evita hablar aún del tema.

En 1988 aparecen dos clásicos revolucionarios de Paul Monette “Borrowed Time: An AIDS Memoir” y “Love Alone: Eighteen Elegies for Rog”, en el primero Monette (libro escrito en prosa) traza el sufrimiento y la muerte de su amante, Roger Horwitz Monette de SIDA entre 1985 y 1986, en este libro se abarca al mismo tiempo, las luchas de los afectados y amigos de la comunidad gay en todo el país (USA). En el segundo, “Love Alone”, Paul Monette  habla de la pérdida, el luto, la ira, la incredulidad. Las emociones se encuentran en abundancia cuando un ser querido muere. La gente tiene que encontrar una manera de hacer frente a las situaciones y, a menudo necesitan expresar por escrito sus sentimientos con el fin de sacarlos. Esto es exactamente lo que Paul Monette hace en su libro de poesía. A través de escribir su poesía Monette describe sus emociones y los acontecimientos que tuvieron lugar durante la batalla de su compañero de vida Rog con el SIDA.

Igualmente ese mismo año George Whitmore nos regala el testimonio Someone Was Here: Profiles in the AIDS Epidemic”, que informa sobre una clase media blanca gay  en Nueva York, un hombre de clase trabajadora chicana gay en las zonas rurales de Colorado, y el servicio del SIDA en el Hospital Lincoln en el Bronx del Sur, cuyos pacientes son mayoritariamente pobres, afro-americanos o hispanos, heterosexuales usuarios de drogas. “Someone Was Here” es un retrato documentado de las comunidades más marginales y su padecimiento frente a los poderes de una sociedad que los rechaza primeramente por gays, portadores de SIDA y por pertenecer a las razas minoritarias.

Tres libros aparecen en 1988, todos de escritores varones homosexuales, y todos los libros señalan la fuerza de la lucha contra el SIDA. La novela “Second son” de Robert Ferro, Las historias cortas “Darker Proof: stories from a crisis” por Adam Mars-Jones y Edmund White, y de Andrew Holleran el ensayo “Ground Zero”. Todas revisan, exploran, cuentan una realidad estremecedora, con finales trágicos e irreversible, “Second son” quizás la más optimista y rosa de todas propone un final feliz en una estrella imaginaria “Sirio” donde los protagonistas en su alucinante y conmovedor drama concluyen o se imaginan encontrarse después de muerto y formar una colonia espacial.
En Venezuela aparece el libro “Jeremías El Replicante” de José Vicente de Santis, el primer caso documentado de un seropositivo en Venezuela y activista por los derechos de los infectados por VIH. El libro conmocionó a la sociedad venezolana, que al parecer vivía aislada o con los ojos vendados a la realidad del VIH.

En 1989 crece la intensidad, y muchas novelas y libros que aparecen ese año llenan sus páginas con una crudeza incontenible, Larry Kramer regresa con “Reports from the Holocaust: The Making of an AIDS Activist. Kramer dice lo que es ser un hombre gay durante la epidemia de SIDA, y narra su experiencia de cómo va observando a sus amigos morir uno tras otro. Ese sentido, es un libro extremo pero muy franco,  documentado con cartas, discursos e informes médicos. Kramer es muy crítico con el gobierno de Reagan, los Institutos Nacionales de Salud y la FDA, y con todos los que acusa de inercia burocrática para hacer frente a la crisis del SIDA. También arremete contra alcalde de Nueva York Ed Koch, a quien acusa de ignorar la pandemia. Nos narra la lucha personal como activista gay contra el SIDA y la lucha de toda la comunidad LGBT. Una excelente obra que conmueve, personalmente me hizo arrancar lágrimas de tristeza pero también otras de rabia e impotencia. Además el ensayo de Kramer, paralelamente nos cuenta el genocidio nazi, haciendo una comparación con la opresión gay por el SIDA.

Aparece ese mismo año   “Poets for Life: Seventy-Six Poets Respond to AIDS” editado por Michael Klein, que incluye obras de poetas homosexuales y heterosexuales, las personas con SIDA, y los seres queridos y cuidadores. Entre sus muchas contribuciones notables son obra de grupos que han estado poco representadas en la literatura del SIDA: como Melvin Diaz (Afroamericano) Marilyn Hacker y Adrienne Rich, ambas lesbianas.

En Italia irrumpe “Camere separate” de Pier Vittorio Tondelli, una novela de duelo profundo y sagrado que repasa la historia de amor de los jóvenes Leo y Tomás y traza la búsqueda de la intensidad de auto-examen. “Camere separate” según Javi en su blog “Se trata de una obra un tanto desoladora, muy romántica, en el que el personaje principal rememora su convivencia con su antigua pareja, ya muerto.”[5]

David B. Feinberg publica su primera novela en 1989, “Eighty-Sixed”, en esta obra ingeniosa Feinberg hace contrasta a la época pre-SIDA 1980, con la época post-SIDA de 1986, iluminando los cambios que se han producido en la comunidad gay. En 1980, la mayor preocupación de BJ Rosenthal es encontrar un novio estable, ya que pasa de una pareja sexual a otra, pero en 1986 su atención se centra en la ansiedad del SIDA y la muerte dolorosa de los amigos. El trabajo de Feinberg mezcla generosas dosis de humor con una creciente sensación de patetismo, trayendo a la mente las obras de Harvey Fierstein. Para evocar el estado de ánimo de cada año, Feinberg inyecta una cadena de distracción de referencias a la cultura pop, pero en general, se trata de una novela apasionante y honesta. Una obra diferente llena de frescura y buen humor a pesar de la triste realidad.

John Weir escribe ese mismo año “The Irreversible Decline of Eddie Socket”, el libro Cuenta la historia de Eddie Socket, un joven gay de 28 años de Nueva Jersey que se muda a Manhattan, tratando de huir de la sobreprotección de sus padres, después de su lucha para sacar sentido a la vida, se encuentra con una ciudad sitiada por el SIDA. A pesar de que Eddie contrae el virus, este libro se distingue de los demás escritos durante este período porque va contra de la tendencia de centrarse únicamente en la muerte y la pérdida. A pesar del sombrío telón de fondo sin lugar a dudas, los personajes en el libro de Weir se centran en la vida. La realización de Weir es que se las arregla para forjar una novela sensible, optimista y con buen humor.

La década de los noventa comienza con nuevos avances médicos, nuevos medicamentos retrovirales mejoran las condiciones de los enfermos de SIDA, sin embargo la epidemia crece y la discriminación aumenta con ella a pesar de los esfuerzos de la comunidad LGBT. En el campo de las letras Norteamérica sigue repuntando como el país donde más se escribe sobre el SIDA, no sólo como ficción sino también como propias historias intimas de los mismos enfermos.

La más puntiaguda ficción americana del SIDA aparece en 1990  “The Body and Its Dangers” por Allen Barnett, cuatro de las seis historias de la colección son sobre SIDA. Su pieza central, "The Times As It Knows Us", contrapone la representación estereotipada de los medios de los gays con SIDA con un complicado grupo de amigos que comparten una casa de verano.

Cabe destacar también el drama televisado del SIDA que apareció en 1990, “Andrew’s Mother”, una  adaptación para televisión de la obra de 8 minutos para el teatro de Terrence McNally. “Andrew’s Mother” es un conmovedor  duelo documentado de un hombre gay  y su acercamiento con la madre de su amante muerto de SIDA, el rechazo de esta con el hombre que nunca acepto y su duelo interno por la muerte de su hijo y con su propia madre que no le reprochaba a su nieto su condición de homosexual. Una obra dura, pero real, que nos habla de la homofobia de los padres hacia sus hijos gays.

Desde Francia nos llega en 1990  “A l'ami qui ne m'a pas Sauvé la vie” de Hervé Guibert. Esta novela autobiográfica se centra en un joven escritor que, obsesivamente, se enfrenta a la "calamidad" de su enfermedad y, al mismo tiempo busca la salvación de una vacuna milagrosa prometida por un amigo americano que nunca llega.

En 1991 nos sorprende “Close to the Knives: A Memoir of Disintegration” por   David Wojnarowicz que incluye "Postcards from America: X-Rays from Hell"[6], un ensayo que provocó la oposición de Jesse Helms y el Fondo Nacional de las Artes dirigida por John Fronmayer,  que presentó el catálogo de 1989 de la muestran de Arte y SIDA “Witnesses: Against Our Vanishing” en Artist’s Space de la ciudad de New York.

De Paul Gervais nos llega “Extraordinary People” (1991), una novela en forma de relatos cortos enlazados alrededor de dos hermanos disímiles homosexuales y sus familias. El narrador y su amante regresar a Boston para estar con su hermano mayor y su amante, el SIDA y los problemas de su infancia son el marco de una familia disfuncional. Una novela algo estereotipada.

1991 es el año de la literatura gay afromericana al aparecer “Brother to Brother”, editado por Essex Hemphill bajo la concepción de Joseph Beam. Más de una cuarta parte del libro es dedicada al SIDA, a partir de poemas de gran agitación de Melvin Dixon, David Frechette, y Craig G. Harris, y la autobiografía sin adornos "The scarlet Leller Revisited "de Walter Rico Burrell que murió en 1990, donde el autor presenta las reflexiones sobre el ser diagnosticado con SIDA, la aceptación del diagnóstico, los efectos secundarios de los medicamentos que se toman para el tratamiento de la enfermedad, su relación con su padre y la respuesta positiva al tratamiento, la consideración del autor sobre la posibilidad de que él no va a morir de SIDA. Tristemente Rico Burrell no ve su historia publicada. “Brother to Brother” un libro que debe ser leído por todos a pesar de lo desesperanzador de sus páginas.

Un extraño pero excelente volumen nace en 1991 en manos de Rachel Hadas “Unending Dialogue: Voices from an AIDS Poetry Workshop” que incluye cuarenta y cinco poemas de  ocho miembros de un taller de poesía realizado por Hadas en el  New York's Gay Men's Health Crisis desde 1989 a 1991. Cuenta con los extraordinarios trabajos poéticos de Charles Barber con"Thirteen Things About a Catheter", Glenn Philip Kramer con "Pantoum for Dark Mornings", Glenn Besco  nos traé "Vernon Weidner Visits in a Dream", y Dan Conner  con "Retinitis".

En Venezuela 1990 tiene sus representantes en Elio Palencia, Marcos Purroy y Johnny Gavlovski, y David Osorio Lovera, en 1991. Los cuatro autores decidieron llevar a las tablas sus respectivas piezas de personajes afectados por el VIH. Moreno Uribe nos dice:

… “coincidieron, sin previo acuerdo entre si, llevar al teatro como elementos dramáticos de sus respectivas piezas a personajes afectados por “el mal del siglo” o sea infectados por un virus extraño que vino de lejos, el tristemente famoso Síndrome de la Inmunodeficiencia. En síntesis , esos cuatro venezolanos, preocupados ante el peligro que se cierne sobre la libertad de los seres humanos para amar en toda intensidad posible, se fijaron en ese tema del Sida, lo amaron y optaron por escribir sus textos: Anatomía de un viaje, Habitación independiente para un hombre solo, Hombre y El ultimo brunch de la década. Añadieron, pues, a la larga de personajes del prototipo venezolano, a seres nunca antes vistos en la escena, homosexuales, bisexuales o heterosexuales infectados por virus del Sida, el cual pone en peligro a la humanidad entera, sin distingos de costumbres amatorias, y/o sexuales. Y eso es precisamente una novedad en el teatro de Venezuela, para no citar al de otros países, el que sus dramaturgos escriban sobre el temible Sida.”[7]

“Falsettos”, obra de carácter gay y sobre SIDA de 1992 recibe elogios tanto de la crítica especializada como por el público: “March of the Falsettos” y “Falsettoland”, sus autores William Finn and James Lapine reciben el premio Tony por sus libretos para un musical.

En  el 92 Thom Gunn nos ofrece  “The Man With Night Sweats”, una colección de poemas referentes al SIDA, notables elegías e igualmente desgarradoras para y por los amigos perdidos por el mal, tal como se lee en la siguiente cita: 

“Gunn restores poetry to a centrality it has often seemed close to losing, by dealing in the context of a specific human catastrophe with the great themes of life and death, coherently, intelligently, memorably. One could hardly ask for more”[8]

En 1993 de la mano Jameson Currier nos llega “Dancing on the Moon: Short Stories About AIDS”. En este libro que contiene doce cuentos el autor nos habla del desgarro emocional y vivencial de hombres que padecen SIDA, sus relaciones amorosas, familiares y su enfrentamiento a la sociedad, una obra de ficción que se convierte en un testimonio de la realidad tal como lo explica Robert Drake:

“Some people may refrain from reading Dancing on the Moon out of a discomfort with AIDS. That would be a shame. As the band plays on, AIDS spirals deeper into our lives. To ask fiction to ignore what it has always done best: mirror the times in which we live, and the ways in which we survive, Dancing on the Moon reaches to fulfill that obligation with an effort of the first order. For that reason, and for the sheer good talent of Jameson Currier, this collection deserves a wide readership.”[9]

“Scissors, Paper, Rock” aparece ese mismo año; su autor Fenton Johnson utiliza el realismo para contar la historia de un joven con SIDA que regresa a su hogar de clase obrera de Kentucky para morir. Un libro interesante que nos hace pensar sobre el verdadero significado de la familia natural y aquella que escogemos.

Nuevamente la voz gay afroamericana hace su aparición con un libro poderoso “Sojourner: Black Gay Voices in the Age of AIDS. En este libro se mezcla diferentes materiales literarios como entrevistas, ensayos, ficción, confesiones y poesía, todos conjugados en dar a conocer la realidad del mundo gay bajo el manto oscuro del VIH/SIDA.

Otras obras sobre el SIDA de 1993 fue “Such Time” de Christopher Coe, en su novela nos narra las aventuras amorosas de un joven gay frívolo durante los salvajes años setenta. Obra cruda, real, que nos lleva a pensar sobre la promiscuidad en el mundo gay de los años en que se desarrolla la novela. Interesante propuesta aunque a veces peca de moralista.

James Robert Baker antes de su suicidio en 1997 nos regala su maravillosa novela “Tim y Pete” en 1993. Una picaresca sobre la sexualidad gay de California, una parodia que causo revuelo en aquel entonces. La novela contiene una buena dosis de humor negro que intenta ocultar la omnipresente destrucción causada por el sida: el libro está poblado por los fantasmas y los recuerdos de los personajes muertos, mientras que los que sobreviven encuentran el virus moviéndose con sigilo en cada conversación.[10]

El Pulitzer en 1993 es otorgado a “Angeles en América” o en su título original Angels in America: A Gay Fantasia on National Themes de Tony Kushner, igualmente ganó el Tony en su representación en Broadway. Este drama fue llevado a la televisión por los productores de HBO con actores de primera como Meryl Streep, Emma Thompson, Patrick Wilson y Al Pacino, llevándose también grandes premios como los Globos de Oro y Emmy. “Angeles en América” es una obra poderosa que nos narra la homofobia de los años 80 y la crisis de los hombres gays y sus familiares y amigos, la intolerancia de la religión, en este caso la mormona, también toca el caso de las mujeres heterosexuales contagiadas por sus esposos que son homosexuales de closet. Imperdible tanto en su libro como en su forma de DVD.

En 1994 aparece la novela desgarradora de Rebecca Brown, “The Gifts of the Body”. El libro está dividido en diez historias cortas, los títulos relacionados con "regalos" que son las diversas funciones del cuerpo, tanto físico como emocional. Estos dones son (en orden de las historias) el sudor, la integridad, las lágrimas, la piel, el hambre, la movilidad, la muerte, el habla, la vista, la esperanza y el luto. Cada uno de estos "regalos" son experimentados por la enfermera o enfermero (en el libro no se da el sexo del enfermero, aunque se supone es una mujer joven y lesbiana) con varios pacientes que tienen SIDA, y muestra las diferentes relaciones que comparten, ya sean buenas o malas. Los propios pacientes son diferentes el uno del otro en términos de edad, situación económica, la actitud hacia la enfermedad, etc.[11]

1995 a 1997 son los años de la poesia, nace la  antología “Things Shaped in Passing: More ‘Poets for Life’”. Miguel Algarín nos ofrece su poemario “Love Is Hard Work” sobre  los hombres gay VIH positivos hispanos; Rafael Campo nos regala su The Other Man Was Me” y Mark Doty nos llega con el poemario “ Atlantis”, un hermoso trabajo donde se mezcla sutileza y crudeza al mismo tiempo bajo construcciones literarias de gran valor artístico, tal como nos dice la crítica especializada:

“In Atlantis, Mark Doty uses the power of natural metaphor as a backbone for each poem in the collection. He touches on topics of loss, beauty, life, and courage, addressing each of them with an air of relaxed reflection.”… “Though the collection is primarily acknowledged as a description of and response to the AIDS induced death of Doty’s lover, Wally Roberts, Doty writes in what has been hailed as the tone of a “privileged observer.” The book maintains a generally detached and ultimately neutral position, neither optimistic nor pessimistic, though heartbreaking at times, and always stunningly vivid.”[12]

Novelas notables hacen su aparición, de Alfred Corn “Part of His Story” en 1997. La novela de Corn nos narra los detalles del duelo de un escritor que, después de que su amante ha muerto, se traslada a Londres con el pretexto de investigar sobre su nuevo libro, pero en realidad llega a un acuerdo con el pasado. El escritor escribe con una belleza tranquila que permite a las emociones de su personaje y su vida interior se desarrolle con dignidad e inteligencia. Si bien parte de su historia gira en torno a una complicada trama - el narrador encuentra un nuevo amor conectado con la lucha por la independencia de Irlanda - la novela es, en esencia, una meditación sobre la pérdida, el SIDA y el renacimiento en el medio de la muerte y la violencia.

Edmund White escribe “The Farewell Symphony”  (1997). The Farewell Symphony es una semi-autobiografía, y es el tercer libro de una trilogía de novelas, siendo precedido por  “A Boy's Own Story” (1982) y The Beautiful Room Is Empty” (1988).) En la tercera novela o libro, el autor representa  la edad adulta de su protagonista y  su experiencia como homosexual desde 1960 hasta la década de 1990.

En 1999 aparece “Las Horas” de Michael Cunningham, y aunque la importancia de la novela  reside en la parte de la aceptación lésbica y su invisibilidad, el personaje de Richard Brown (renombrado poeta que sufre de SIDA), es muy bien tratado como personaje y merece mi mención.
En el 2001 Tom Spanbauer escribe “In the City of Shy Hunters”, Novela iniciática que redescubre la sexualidad de los 80 en Nueva York. En España Maria Antonia Oliver escribe “Tallats de lluna”, historia de amor de dos homosexuales mallorquines, uno de los cuales muere de SIDA: 

“La historia está narrada por un homosexual que padece el sida y que ha sufrido la muerte de su pareja como consecuencia de la misma enfermedad. Tomeu, Tomeva para los íntimos, pone negro sobre blanco ‘sus sentimientos y su relación con la vida y la enfermedad’”[13]

Se me han pasado muchos libros, poemarios, novelas, obras de teatros y otros textos importantes, esta investigación merece más de lo que yo les puedo ofrecer en este momento. Prometo seguir leyendo e investigando, quizás pronto haga una nueva entrega.

El SIDA es un mal que acecha a todos, y todos estos libros asi lo confirman, pero también el SIDA, algo bueno tenía que salir de este terrible mal, ha ofrecido a muchos la oportunidad de contar sus historias, sus sufrimientos, sus padecimientos, sea desde el punto de vista de aquellos que la observaron desde lejos... en un hijo, en un amante, en un amigo, o los que vivieron la enfermedad en carne propia, como es el caso de la mayoría de los escritores aquí señalados, y en su mayoría ya fallecidos. Así el VIH/SIDA es un agente hacedor de metáforas... de una cruel realidad puede nacer una flor... un deseo... una ficción... un hermoso testimonio.

Espero que hayan disfrutado mi investigación, tengo aún mucho por leer, deseo que Ustedes también me acompañen en esta hermosa aventura, por eso aquí les dejo otros libros que pueden ser leídos y consultados por ustedes:


BELLATIN, MARIO
Salón de belleza, (Tusquets, 2000).
En una gran ciudad fulminada por cierta peste innominada, un peluquero crea un refugio para moribundos.

BERGER, JOHN
Hacia la boda, (Alfaguara, 1995).
El novio de una joven que se descubre seropositiva la convence para que no anule por ello su compromiso matrimonial.

COLLARD, CYRILL
Las noches salvajes, (Tusquets/Columna, 1993).
Jean, seropositivo, se acuesta con una chica de 17 años sin advertirle, pero luego se enamora de ella.

COMMERÇON,  MARKUS
Sida, mi camino en la vida, (Lóguez, 1996).
Vida y reflexiones de un joven panadero alemán, homosexual y enfermo de SIDA.

DAVIS, CRISTOPHER
Philadelphia, (Plaza & Janés, 1995).
Un abogado lucha por sus derechos tras ser despedido  por su condición de enfermo de SIDA.

DUSTAN, GUILLAUME
En mi cuarto; Esta noche salgo, (Mondadori, 1999/La Tempestad 2001).
Polémicos descensos a la noche gay de París en los que el autor reivindica el sexo sin control para los portadores del VIH.

GUDULE (Anne Karali)
La vida hacia atrás, (Lóguez, 1995).
Una chica de 4º inicia un flirteo con un compañero. Un profesor advierte a sus padres que el chico es seropositivo (juvenil).  

HUMPHREYS, MARTA.
Hasta lo que sea, (Anaya/Barcanova, 1996).
Una alumna enferma de SIDA convulsiona un instituto (juvenil).

KEARNS, MICHAEL
Cèl lules T i simpatia, (Llibres de l’Índex, 1997).
34 monólogos reivindicativos sobre SIDA de este actor gay y seropositivo.

PIASSA POLIZZI, VALERIA.
¿Por qué a mí? (Alfaguara, 2001).
La autora, una joven brasileña, viaja a EE UU para encontrarse a sí misma tras un diagnóstico de SIDA.

TÓIBÍN, COLM 
El faro de Blackwater, (Edhasa, 2002).
La secreta situación terminal de Declan reunirá a la conflictiva familia irlandesa de los Devereux.

VALLEJO, FERNANDO
El desbarrancadero, (Alfaguara, 2002).
El digresivo alter ego del autor regresa a Medellín para velar la agonía de su hermano enfermo de SIDA. 

Por Félix Esteves



[3] Ibídem.

2 comentarios:

  1. Muy interesante este artículo. Desde SIDA STUDI, ONG dedicada desde hace 25 años a la prevención del VIH/sida, os proponemos que consultéis nuestra biblioteca especializada en VIH/sida donde podréis encontrar algunos de los títulos mencionados en este artículo así como otros más. Como biblioteca, podéis pedir en préstamo los materiales.
    En este enlace, encontraréis una selección de novelas pero también tenemos cómics, cuentos, películas, obras de teatro...
    Este es el enlace:
    http://www.sidastudi.org/es/monograficos/tipo-recurso/monografico/090303-novelas

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...