Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

jueves, 27 de mayo de 2010

CARMEN. Más que un nombre.

Escena de Carmen de Prosper Mérimée. Ilustración de Eugene Decisy, Francia 1866-1936
Carmen es un nombre propio femenino de origen judío o hebreo כרמן, Har ha'Karmel, que significa viña de Dios. Sin embargo en el colectivo se asocia más con la Virgen del Carmen y con su antítesis u opuesto que es el mito de “Carmen” del escritor francés Prosper Mérimée, este personaje femenino fue concebido en 1845, en la novela corta del mismo nombre cuyo argumento se basa en una historia de amor, pasión, celos y muerte contada al escritor en 1830 por María Manuela Kirkpatrick, Condesa de Montijo, que más tarde sería la madre de la Emperatriz consorte de Francia Eugenia Montijo.

La relación entre la realidad y la literatura se arraiga o fundamenta en una influencia mutua: la realidad informa e inspira la literatura, pero el poder de la imaginación y creador de la palabra afecta, modifica, altera y complementa la realidad; de esta manera las percepciones o construcciones culturales se incorporan al imaginario colectivo llegando a condicionar las experiencias individuales no sólo de los miembros del sistema social sino también de los derivados de otros ámbitos geográficos. El mito de “Carmen” constituye un ejemplo claro de este fenómeno social que se reforzó luego con la adaptación operística de Georges Bizet treinta años después de aparecer la novela. Pero Carmen es mucho más que la ópera que es tan famosa en el mundo (superó a la novela de Mérimée). Tiene una multitud de caras y funciona como ejemplo para feministas, revolucionarios o nacionalistas. Casi nadie conoce el verdadero origen de la historia y nadie se da cuenta de que la imagen que tenemos de la España de Carmen viene de dos artistas franceses del siglo XIX. Aún así, por la gran cantidad de información que existe sobre ella, parece inconfundible que detrás de Carmen hay otra historia. Una historia que tiene que ver con la identidad de España, su política y su historia.

Afiche de la Opera Carmen de Georges Bizet en 1875.

Para Mérimée y Bizet la España que describen en su obra, es la idealizada por todos los románticos: la España en el siglo XIX todavía albergó rasgos de sociedades primitivas. La creación de Don José tenía su base en la imagen del viejo cristiano, noble y fiel a la patria, mientras que la gitana Carmen mostraba un carácter natural y salvaje que venía de una sociedad sin sentido moral. Este contraste entre dos caracteres que han dejado sus huellas en la España del siglo XIX y del presente, hace posible diversas interpretaciones del libro y la ópera. La nación- estado que hoy conocemos en su formación siempre ha tenido que encontrar maneras para aceptar e integrar las diferentes culturas, lenguas y religiones existentes dentro del país. En primer lugar vemos en el relato los dos tipos de nacionalismo que ven la luz en el siglo XIX. Mientras Don José es partidario de un nacionalismo político, que se muestra fiel a su patria y siente una conexión con su país natal por sus raíces históricos de la nobleza, Carmen es en todo su contraste, ella es una nómada que no necesita estado para tener un sentido de nacionalidad, para ella sólo cuentan los valores antiguos de su nación, Carmen es partidaria del nacionalismo cultural y sobre toda las cosas es partidaria de la LIBERTAD. Carmen ha sido llevada al teatro y al cine muchas veces y en casi todas las naciones del mundo, su fama, por decirlo así, reside en la voluntad liberadora y espíritu libre de su principal protagonista, a pesar que en todas sus representaciones Carmen es una mujer fatal, seductora, exótica y terrible, y a pesar de que es asesinada al final, su libertad trasciende ya que su espíritu nunca es doblegado. Quizás podríamos decir que Carmen constituye uno de los primeros personajes feministas de la historia de la literatura.


Por Félix Esteves

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