Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

viernes, 28 de mayo de 2010

LA LEY NO ES LA ÉTICA


Muchas personas confunden o no saben diferenciar el mundo legal del mundo ético. A veces tildamos de conducta no ética aquel comportamiento que ha violado una ley, hablamos de inmoralidad cuando se ha cometido una conducta ilegal. Pero esto sucede porque la ley esta basada e impregnada de la ética, toda ley no es más que la transfiguración del imperativo ético que ha sido conculcado sistemáticamente y considerado necesario para el buen desarrollo de la convivencia; no obstante la ética no pertenece al área vigilada por el Derecho. Toda persona o ente que viola o infringe la ley es merecedora de un castigo o una sanción, la violación de la ley o lo que la vulnera es objeto punible. El comportamiento o conducta ética se confina al espacio privado, nos pertenece a nosotros como personas autónomas y no a instancias exteriores y heterónomas e independientes de órganos reguladores, la ética no se circunscribe al ámbito de la ley. Una persona puede romper preceptos éticos y sin embargo no sufre de amonestación o castigo, en este sentido la acción no ética no se sanciona, se censura, se repudia, se crítica, se objeta, más no se castiga, pues no existe ningún protocolo que sancione al transgresor o violador de los enunciados éticos.

Adela Cortina en su libro Ciudadanos de Mundo explica: “Las malas acciones no se castigan con una ley impersonal, sino con el desagrado de los familiares, los amigos, los colegas. Los castigos y las recompensas morales que otorgan los miembros del grupo son para la persona un incentivo mucho mayor para asumir las propias responsabilidades que la sanción legal.” (1) Esto nos lleva a concluir como muy bien lo explica la filosofa y catedrática de Ética que la inexistencia de un código sancionador no significa que el que incumple un enunciado ético eluda cierto control y esquive una posible penalización, porque es la comunidad la que ejerce un control autorregulador sobre la conducta, la que audita y evalúa la manera de conducirnos. El grupo dictamina el valor de la conducta, la valida o la amonestan con mecanismos sociales como la exclusión o la amistad, como la crítica o el aplauso, el desprecio o la admiración.

Para la ética kantiana “es posible decidir la bondad o maldad de una máxima a partir de un rasgo meramente formal como es su posibilidad de ser universalizada.” (2) Es decir que para Kant la publicidad del acto que vulnera los cánones éticos es el mayor de los castigos, si la máxima que subyace a una acción no soporta ser publicitada, se entiende que el temor a su divulgación social señala precisamente que esa máxima estropea los principios necesarios para una convivencia saludable. La mejor manera de saber si una conducta es ética o no es universalizarla y preguntarnos si el mundo sería mejor, más habitable o más incomodo.

El mundo se ha llenado de leyes, códigos y normas, la jurisprudencia abarrota las bibliotecas y centros de información, cada vez se hacen más grandes los palacios o centros de justicias, sin embargo esto no hace que este mundo sea más ético. La ética la hacemos todos en nuestro comportamiento diario, en la medida que midamos nuestra conducta haremos un mundo mejor, un universo donde todos convivamos en armonía. Amig@, así si tiene dudas como comportarse o como actuar en determinadas circunstancias, universalice su conducta y publicítela, interróguese que ocurriría si todos actuaran del mismo modo y de esa manera verá que le irá mejor en la vida, aportara un granito de arena a la salud de la sociedad, y contribuirá al crecimiento de una ciudadanía ética mundial.

Por Félix Esteves

(1) Cortina, Adela. Ciudadanos del mundo (Alianza Editorial)
(2)http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Kant/Kant-EticaFormal.htm

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