Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.
Félix Esteves
Amigos de Los Mínimos y Máximos
lunes, 17 de marzo de 2014
LA HOMOSEXUALIDAD Y EL DESEO HOMOERÓTICO EN LA TIERRA DE LOS CARTOONS.
A mediados de los años 50 y de la
década subsiguiente del siglo XX comenzaron a surgir muchos dibujos animados
que ofrecían o transmitían la convivencia de las parejas del mismo sexo. Las
relaciones entre estos personajes siempre se mantuvieron poco claras, no se
sabía si eran familias, amigos o simplemente amantes. Pero esto no era nada
nuevo, ya en el cine existían personajes de caricaturas ambiguos como Bugs
Bunny, que luego pasa a la televisión como uno de los cartoon más queridos por
los televidentes, convirtiéndose además en un icono pop gay.
Siguiendo esta tradición solapada
de la homosexualidad y el deseo homoerótico en las tiras cómicas, como también
se les conoce, surgen comiquitas como “El Oso Yogui” (y Boo-boo), “Leoncio El
León” (y Tristón), “Ren y Stimpy”, “Pinky y Cerebro”, “Bob Esponja” (y
Patricio), “Los Simpsons” y sus
personajes gays entre los que se encuentran el famoso Sr. Smithers, no nos
podemos olvidar al maestro gay de los irreverentes niños de “South Park”, el incomprendido Susana enemigo de Dexter de “El
laboratorio de Dexter” y los singulares “Padrinos Mágicos”.
La Homosexualidad en la Tierra de las Fantasías Infantiles.
La televisión siempre estuvo
polarizada y se mantuvo esencialista a la heteronormativa, presentando siempre
el deseo heterosexual como hegemónico, correcto y como la única realidad. Por
otra parte, el deseo homoerótico, y los personajes gays o con cierta ambigüedad
sexual, limpiamente castrados, aparecieron de vez en cuando sólo para que los
heterosexuales pudieran felicitarse por su tolerancia a las rarezas o como
forma de burla para justificar la heterosexualidad como norma.
El dibujo animado, sin embargo,
siempre ha sido subversivo: los personajes animados se mueven entre la fusión o
la desconstrucción, pueden ser animal/humano, pueden estar desnudo/vestido, son
niño/adulto y pueden ser masculino/femenino, y en ese juego de ambos y ninguno van
formando una historia que permite con fluidez las lecturas transgresoras de los roles de
género, que pueden ser implícitas o explícitas de la identidad del mismo sexo,
el comportamiento, y el deseo.
De esta manera cada personaje
animado es una imagen polisémica, capaz de poseer infinidad de significados,
está en el autor concretar los significados e insertar en la imagen o
“muñequito” en un contexto suficientemente explicado para delimitar los signos
o la confusión de estos. No obstante
los signos no son necesario fijarlos, sobre todo en los dibujos animados, que
se basan en la inferencia: un par de bucles y garabatos, unas pocas líneas de
diálogo, debe ser suficiente para establecer las identidades de personajes de dibujos
animados básicos, sus historias de vida. De allí la irreverencia del
cartoon.
Antes de la década del 90, era
muy raro que los animadores introdujeran deliberadamente el deseo del mismo sexo
en sus personajes o tramas. El deseo heterosexual era predominante y residió, y
en gran medida aún reside, en la construcción misma de caricaturas (ser vivo y con
cierta forma de conciencia) reflexivo con intención de desear las personas del
sexo “opuesto”, y la única forma de concebir, incluso de los gays era alinear
sus comportamientos de género con las del sexo opuesto y a su deseo, y que se
convertía indiscutiblemente en heterosexual.
Hoy día los animadores pueden
introyectar a los dibujos animados, y el público puede descodificar signos evidentes del deseo por el mismo sexo,
y los personajes, incluso específicamente aquellos identificados como
homosexuales. Pero incluso cuando el deseo debe estar sumergido en el
subconsciente, y las identidades encerradas hasta el punto de la invisibilidad,
un producto cultural sigue siendo “estructurado como un sueño, una red de
representaciones que codifica los deseos y temores, proyecciones e
identificaciones, y en el ámbito del análisis textual, podemos localizar a los
deseos y temores, las inestabilidades y las angustias que rodean el deseo del
mismo sexo y la identidad.
El Código Hays.
El código Hays fue un código de
producción cinematográfico que determinaba con una serie de reglas restrictivas
qué se podía ver en pantalla y qué no en las producciones estadounidenses.
Creado por la asociación de productores cinematográficos de Estados Unidos
describía lo que era considerado moralmente aceptable. Fue escrito por uno de
los líderes del Partido Republicano de la época, William H. Hays. Este código
se aplicó desde 1934 hasta que se abandonó en 1967, para dar lugar al nuevo
sistema de clasificación por edades. El código constituyó un sistema de
censura, que prohibía la exhibición en Estados Unidos de la mayoría de las
películas europeas o independientes que a menudo violaban el estilo de
Hollywood.
En los días anteriores al Código
Hays era poco lo que se restringían en
los temas y en las caracterizaciones posibles, los animadores presentaron con
frecuencia el deseo del mismo sexo como una parte normal de ser humano o ser sintiente, varios dibujos animados de
aquella época no se restringían en su deseo homoerótico, o eran planteados con
una ambigüedad poco solapada. Un gran ejemplo de lo anteriormente dicho fue la
tira cómica de prensa Krazy Kat, que
luego paso al cine y a la televisión. En América Latina y España Krazy Kat era conocida como “La Gata Loca”.
Krazy Kat es una tira de
prensa, creada por George Herriman, que se publicó en periódicos
estadounidenses entre 1913 y 1944. Apareció por primera vez en el diario New
York Evening Journal, propiedad del magnate de la prensa William Randolph
Hearst. Ambientada en un idealizado condado de Coconino, Arizona, habitual
lugar de vacaciones de Herriman, Krazy
Kat es una peculiar mezcla de surrealismo, inocencia y romanticismo, y está
dotada de un lenguaje tan poético y avanzado para su tiempo y su época que ha
hecho las delicias de aficionados y críticos a lo largo de más de ochenta años.
La tira se centra en las
aventuras del gato Krazy y del ratón Ignatz. Krazy es un gato de sexo
indefinido, unas veces aparece como gato y en otras como gata. Ignatz es un
ratón muy gruñón que es su amor no correspondido, que le aborrece y siempre le
lanza ladrillos a la cabeza, con una excelente puntería. Sin embargo, Krazy
interpreta los ladrillazos como actos de amor. A su vez, el ratón Ignatz tiene
que estar en la cárcel de Coconino, una prisión construida, como no podía ser
de otra manera, de ladrillos. Tanto los dos protagonistas como el resto de
personajes que pueblan el universo de la serie son animales antropomórficos.
El sexo de Krazy nunca queda
demasiado claro y varía según la historia. Muchos autores post-Herriman,
empezando por E. E. Cummings, se refirieron a Krazy, erróneamente, sólo como
hembra, pero Herriman siempre se mostró ambiguo y en varias planchas de la
serie bromea con esta incertidumbre. El examen de las primeras tiras de Krazy
Kat llevaría a pensar en que Herriman pensó inicialmente en Krazy como una gata
ya que la dibujó embarazada, y que posteriormente fue diluyendo su identidad
para crear el espíritu libre que deseaba para su personaje. Sin embargo, no
hubo dudas a la hora de definir el sexo del oficial Pupp (Cachorro) ni del
ratón Ignatz, que tiene mujer e hijos. Posiblemente, la reacción del público
ante la indefinición de Krazy como él o ella provocó que Herriman decidiera
mantener la incertidumbre y jugar con la ambigüedad.
Sin embargo, esta indefinición
sexual favoreció que la tira fuera acusada de homosexualidad latente. Si Krazy
era gata, no existía mayor problema en que el oficial Pupp la amara y que ella,
a sí mismo, amara al ratón; pero si Krazy era gato, las cosas ya resultaban muy
diferentes. Un gato, en este caso macho, enamorado de un ratón, otro macho de
una especie diferente, que además estaba casado, y que lo maltrataba (violencia
de género) era una combinación demasiado explosiva para el conservadurismo de
la época. A pesar de todo, no faltaron críticos que definieron la relación
entre los personajes como algo estrictamente amoroso, y sin ningún carácter
sexual, con lo que el sexo del gato quedaba en un segundo plano. También se
puede interpretar como una forma más del universo creado por Herriman: un mundo
propio, con un grafismo único en el que las leyes de la lógica racional son
constantemente subvertidas.
Según George Herriman, el creador
de Krazy Kat, habla del sexo de su
personaje:
“No seáis duros con Krazy. No es más que una sombra, atrapada en la
telaraña de esta madeja mortal. Le llamamos Krazy (loco o loca) Kat (gato o gata),
pero no es ninguna de las dos cosas. En alguna ocasión llegará hasta vosotros,
gentes del crepúsculo, y su contraseña será el eco de una campana que tañe a
vísperas, y su vehículo un soplo de céfiro del Oeste. Perdonadle, porque no le
comprenderéis mejor que nosotros, que nos demoramos a este lado de la valla.
Krazy es como un espíritu, como un elfo, que no tiene sexo. De modo que no
puede ser femenino ni masculino. Es un espíritu -un duende- capaz de deslizarse
en el interior de todo.” (En Historia de los Cómics, vol. I, Toutain Editor,
1982; p. 34)
Anteriormente a Krazy Kat o “La Gata Loca”, más precisamente en 1905, Winsor McCay empezó a
publicar semanalmente en el periódico The New York Herald las aventuras de
Little Nemo, Little Nemo in Slumberland.
Este cómic era muy ambicioso en cuanto a su propuesta estética, pero con una
estructura narrativa bastante simple: Nemo un niño de 5 años, vive sueños de aventuras
maravillosas que acaba abruptamente en la última viñeta cuando despierta.
Little Nemo in Slumberland tuvo un argumento maravilloso y propicio
para desplegar un gran sentido lúdico donde se mezclan las fantasías, jugando
con las leyes de la perspectiva y la gravedad. Los recuadros narrativos
abandonan su formato regular adaptándose
a lo que requiere el relato. El colorido es muy rico y matizado, pero nunca
desaparece el contorno preciso que
delimita objetos y personajes. Asimismo, el argumento permitió que el onirismo
fuera tema central casi protagonista, en una época donde la sexualidad era más
libre y no había aparecido aún en ingles el libro de Sigmund Freud “La
interpretación de los sueños” y esto le concedió al escritor una forma de jugar
con los sexos y la sexualidad de algunos de los personajes.
Aunque los personajes ambiguos
desaparecieron de la pantalla en 1935, el deseo romántico o erótico hacia el
mismo sexo está disponible para todos, a
menudo ignorados o suprimidos, y hay un sin número de formas de imaginar,
modelar del deseo del mismo sexo sin expresar identidades gays o lesbianas, de
hecho, el imperativo para presentar el deseo heterosexual como la única
posibilidad ha hecho tradicionalmente que los personajes homosexuales
aparecieran como asexuales. Sin embargo, el deseo homoerótico a menudo se
entrometió en los dibujos animados de los años 1940 y 1950, a pesar de todos
los esfuerzos para garantizar que los personajes eran “realmente” heterosexuales.
Los dibujos animados de películas
de la época fueron dominados por la productora Warner Brothers. En estos
pequeños film aparecieron personajes animados con ciertas ambigüedades de
personalidad ya su vez estos tenían una relación amor odio con sus
antagonistas, por ejemplo Bugs Bunny,
Porky Pig, el PatoLucas, el gato Sylvestre y Yosemite San
o Elmer el Gruñón. La ambigüedad en
las personalidades y relaciones llevó, a pesar del Código Hays, a los momentos
de reconocimiento del deseo homoerótico, al igual que en los ratones “A Tale of Two Mice” (1945), o el
insoportable de Pepe LePew en el romance
con una mofeta con un gato en “For
Scent-imental Reasons” ( 1949 ).
Pero el ejemplo más evidente fue el del comic “Porky Pig's Feat” de 1943, cuando Porky Pig y el Pato Lucas comparten un cuarto de hotel. Cuando se preparan para partir, se les presenta una factura de hotel muy alta, y donde se incluye servicios de “Love spot”, es decir servicios por “puntos de amor” por 10,80 dólares, ya nos podemos imaginar lo que hicieron el puerquito y el patito en el cuarto de hotel.
Se ha hablado mucho de las
incursiones de los personajes de Warner Brothers en el travestismo. Sam Abel
(1995), por ejemplo, cree que las rutinas de travestismo u homoeróticas de Bugs
Bunny y otros personajes eran “formas de abordar los problemas de la
dominación masculina” (2) y por lo tanto cuestionaban los roles de
género. Sin embargo, las escenas de travestismo u homoeróticas con frecuencia
se dedicaban a la conducta transgresora sin adaptar la fricción, por ejemplo,
después de la humillar o de eludir al enemigo, Bugs Bunny besa en los labios a
Elmer o a Yosemite Sam. Este acto no transgrede los roles de género, ya que no
existe un masculino y papel femenino en un beso. Dentro del contexto de la caricatura,
parece dar a entender que los muñequitos o personajes solo están bromeando, que no tienen malas
intenciones. Pero no siempre funciona, por supuesto : cuando Bugs Bunny, por
ejemplo le propone matrimonio, Elmer
acepta con alegría, llevando en un vestido de novia. Así Elmer se convierte en objeto
de burlas, Elmer es ineficaz como cazador y fácilmente engañado para revelar su
“verdadera” naturaleza femenina. A veces ocurre lo contrario y es Bugs Bunny
quien viste de mujer y termina asumiendo su feminidad como una forma de
supervivencia para engañar/seducir a su enemigo.
Los dibujos animados de televisión de los años 1950 y 1960.
Durante estas dos décadas
abundaron las parejas masculinas en los comics de la televisión, donde si bien
no se afirmaba directamente el deseo homoerótico, la interacción entre los
personajes permitió localizar el deseo
del mismo sexo codificado como romántico, pero como una obvia parodia de deseo
heterosexual: por ejemplo , el intercambio de un espacio de estar o una cama,
participar en actividades sociales como pareja; ser aceptado como un par por
otros; no poder dedicarse a otras relaciones sustantivas, especialmente
aquellos con el sexo opuesto; rechazando propuestas románticas de los demás.
Estos dibujos animados se
convirtió en la marca de los estudios Hanna -Barbera , que dominó los espacios
de cartoons de la televisión en los años 1950 y 1960. Fácilmente podemos
acordarnos de docenas de tales parejas,
generalmente divididas en miembros apolíneo y dionisíaco , el que inventa
esquemas salvajes y uno que expresa la voz de la razón : los ratones Pixie y Dixie en The Huckleberry Hound
Show (1958-1962); El Oso Yogui y Boo Boo
(1958-1961) , la pareja interracial de Quick
Draw Mc Graw & Baba Looey más conocido en español como Tiroloco McGraw y su compinche burro
(1959-1962) ; Leoncio el león y Tristón
( 1962-1963) . Otros estudios siguieron el ejemplo, con los residentes del
zoológico Tennessee Tuxedo y Chumley
(1963-1966), o Rocky y Bullwinkle
(1961-1963), un alce y la ardilla que, cuando no estaban involucrados en
aventuras ingeniosas, participaban como pareja en la vida civil del Frostbite
Falls, Minnesota.
¿Eran estos muñequitos o
personajes de cartoon amigos? ¿Parientes? ¿Amantes? No hay una respuesta
definitiva, ya que transgreden cada una de las constelaciones permisibles de
las conjeturas para las díadas del mismo sexo en la década de 1950 y en gran medida aún hoy en día. Ellos no
pueden ser meros compañeros, ya que comparten las casas y se van de vacaciones
juntos. No son parientes consanguíneos o compañeros de trabajo, o antagonistas.
Presentan, de hecho, los contextos contradictorios o vagos que no fijan ningún
signo particular y permiten la lectura que son ninguno de los anteriores, que
son, de hecho, parejas románticas.
Yogui Bear ilustra las tensiones
posiblemente eróticas inherentes a la diada de dibujos animados. En los primeros
dibujos animados, tales como “Pie
Pirates” y “Foxy Hound Dog”, Yogui aparece con un carácter anárquico,
principalmente para burlar la conformidad del guardabosque Smith. Boo-Boo
aparece sólo ocasionalmente para indicar la desaprobación de la comunidad de
los osos de las travesuras de Yogui. Durante la primera temporada, Ranger Smith
se degrada gradualmente a una molestia menor, y Boo-Boo se convierte en parte
integral de las líneas argumentales. Para el final de la primera temporada, en
“Lullaby – Bye Bear” y “Daffy Daddy”, Yogui y Boo-Boo son compañeros constantes
y parejas de hecho, compartiendo una cueva y una cama, podemos decir que se han
enamorado.
En la segunda temporada, como
para calmar tal lectura, los creativos hacen aparecer el personaje Cindy
Bear como la osa enamorada de Yogui. Sin
embargo, ella fue consignada en su mayoría a lanzar indirectas y pañuelos, a
pestañear sus ojos mientras caminaba Yogui, ajeno a toda relación heterosexual.
Ella, Cindy Bear, apela a Boo Boo para consejos de seducción, y mientras que el
“compañero” puede muy bien haber sabido despertar el interés de Yogui, ofreció
sólo sugerencias poco entusiastas e ineficaces. Porque él y Yogui ya estaban
involucrados, La relación del mismo sexo, sin duda triunfó sobre la incursión
del deseo heterosexual: hoy en día casi todo el mundo pueda identificar a Yogui
y Boo Boo, pero pocos han oído hablar de Cindy Bear o simplemente la ignoran.
Durante este período aparece en
la TV el cartoon Snagglepuss o “El León Melquiades”. Este Felino, es
un león montañés de color rosa, que como única vestimenta lleva un alzacuello y
puños y lazada al cuello de color negro, muy al estilo de los muchachotes chippendale.
Un Joven Chippendale y el león Melquiades... ¿ves alguna diferencia?
Melquiades es completamente
metrosexual, amanerado que llega a lo más estereotipado del gay, su postura,
habla, y gestualización, son de gran refinamiento. Su mayor empeño en la vida
es conseguir adecuar su gruta o cueva a su gusto. Es decir, arreglarla y
decorarla para vivir cómodamente con los lujos propios de los que cualquier
sibarita como el mismo que se precia, debe vivir. Tal vez, esa sinceridad
homoerótica con que fue diseñada esta caricatura no hizo que gustara en el
público de aquel entonces, el león demasiado llamativo tuvo un éxito efímero y
decayó tempranamente; si bien es cierto que el personaje quedó como un Mítico
de Hanna- Barbera.
Los dibujos animados de televisión de los años 1970 y 1980.
Durante la década de 1970, el
aumento de la visibilidad de las identidades homosexuales en la cultura externa
añadido asociaciones románticas para las codificaciones posibles de díadas del
mismo sexo, es decir, muchos de los televidentes poseían las herramientas
contextuales para especular sobre si las parejas de comics o cartoons eran
realmente gays, de esta manera los productores se vieron forzados a desactivar
la posibilidad de tal probabilidad a través de la demostración continua de los deseos
heterosexuales.
Como consecuencia, las díadas del mismo sexo, prácticamente
desaparecieron de la animación, reemplazadas por personajes involucrados en los
romances heterosexuales como Underdog,
conocido como Superperro, o por
personajes solitarios como La Pantera
Rosa, o por grupos de músicos de rock/detectives como Josie y las melódicas. Algunos comentaristas han sugerido vínculos
románticos en la larga duración de Scooby
Doo (1969-1986) entre los personajes de Daphne y Velma , o entre Shaggy y
el semi - coherente epónimo Great Dane Scooby, y la verdad que este último par cazaban
monstruos juntos, y aunque nunca compartieron un espacio de vida, dedicado a
actividades sociales como una pareja, o expresaron ningún interés romántico en
sí, solían comer juntos y saltar uno encima del otro, especialmente a la hora
del peligro, pero tal acción por lo general, es vista como un gesto de cobardía,
aunque también se puede leer como una acción de protección hacia el otro como
parte del afecto homoerótico.
En 1959 aparecen The Smurfs, mejor conocidos en español en la
TV en español como Los Pitufos (1979-1986), un grupo de pequeños humanoides
azules llamado según su característica más primaria, como Pitufo Bromista, el
Pitufo Valiente, el Pitufo Goloso, el Pitufo Gruñón, el Pitufo Manitas, y el
Pitufo Vanidoso, que era un dandy ensimismado que podría leerse como un
estereotipo homofóbico. Se puede decir que los pitufos vivian felices en una
especie de mundo homoerótico u “homotopia”, hasta que el malvado Gargamel desea
vengarse de los pitufos y para ello decide crear una pitufita, que los seduzca
y cause que se peleen por ella. Gargamel hace a la pitufita de arcilla y luego
la sumerge en una poción para darle vida. Tal vez lo más probable es que el
personaje fue introducido específicamente para proporcionar un objeto de deseo
heterosexual de los Pitufos y calmar las conjeturas de que pudieran ser realmente
gay.
Para la década de 1980, la
mayoría de los personajes de dibujos animados se habían vuelto agresivamente
heterosexuales: apareció He-Man y los Masters del universo (1983-1984) o Strawberry Shortcake (1980-1985), o GI Joe: Un héroe americano real (1985-1992).
Incluso los Chipmunks Chip 'n' Dale de
Walt Disney revividos en 1983-1991, fueron excusados de su posible
homosexualidad y enseguida le consiguieron novias.
Dibujos animados desde la década de 1990 hasta hoy día.
A principios de 1990, los dibujos
animados comenzaron a hacer referencias disfrazadas a la presencia del deseo
homoerótico. La tendencia comenzó con Ren
y Stimpy (1991-1995), una parodia evidente de dúos de dibujos animados de
la década de 1960, protagonizada por un maníaco y violento Chihuahua y un gato gordito y estúpido. Ellos reflejan la era
de Hanna- Barbera de presentar signos y sin suficientes marcadores contextuales
para fijar las diadas como amigos, hermanos o compañeros de trabajo, pero con
la salvedad que aunque posiblemete son gais, aquí la relación homoerótica es
vista desde la perversidad.
Ren y Stimpy es una pareja abiertamente romántica, comparten una
casa y una cama, sino que también recuerdan su boda, y Stimpy da a luz a un
pedo sensible, un producto de su unión sexual. En algunos episodios, Stimpy es
un estereotipo de la mujer de los años 50, pasiva, responsable de la cocina, de
la limpieza y el planchado de la ropa interior de Ren. Ren es social y el
activo en la relación, en “El Hijo de Stimpy”, Ren trata de seducir a Stimpy,
pero es rechazado por Stimpy que le dice
“estoy harto” … “¿es en lo único que
piensas?” Algunos de estos síntomas pueden adherirse a una lectura de una
relación sexual, no solamente heterosexual, incluso una relación romántica
homoerótica. Ellos están en su lugar presentando una parodia de las relaciones
heterosexuales, supuestamente divertidas porque son los dos hombres, sin
embargo, uno de ellos está actuando como una mujer.
Mientras Ren y Stimpy permitieron un conocimiento del deseo del mismo sexo e
incluso la actividad homoerótica, no es hasta que Pinky y Cerebro (1993-1999) que vemos identidades homosexuales codificadas
en el dúo de dibujos animados. Ren y
Stimpy representaron la pareja homoerótica desde la perspectiva de la
“homofobia light”, ridiculizar la díada homosexual bajo la mirada distorsionada
y “ridiculizadora” de la heteronormativa.
Sin embargo Pinky y Cerebro,
las ratas de laboratorio inteligentes que quieren adueñarse del mundo comparten
una jaula y colaboraron en los planes para asumir el control de la humanidad,
pero ellos fueron codificados como compañeros de trabajo y compañeros de
literas, no como amantes. Ambos tenían amores fuera de su relación, Pinky fue especialmente promiscuo, se
enamoró de un caballo, un león marino, y hasta de la heroína infantil Pippy
Calzaslargas.
El deseo erótico, sin embargo, en
Pinky y Cerebro es parte de su
relación desde el principio, tanto así que muchas de sus diálogos, reflexiones
o razonamientos son claramente homoeróticas,
como por ejemplo cuando se preguntaron: ¿conseguiremos chaparreras de
nuestra talla? Cuando el término chaps,
chaparreras, se refieren tanto a los pantalones de estilo occidental con la entrepierna
abierta usado muy frecuentemente en círculos de cuero de los homosexuales. De
igual manera, la mayoría de las “ponderaciones” o “¿estás pensando lo mismo que yo?” que aparecen en todas las grabaciones las
respuestas ponderan preocupaciones de travestimos, fetiche, o de evocaciones de
sentido sexual:
“¿estás pensando lo mismo que yo?
sí, cerebro , pero esta vez le pongo el tutu”… o
“Volvamos al laboratorio y prepararnos para mañana en la noche.
¿Por qué Cerebro? ¿Qué vamos a hacer mañana por la noche?
Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky .
(Pausa, mientras reflexionamos sobre qué es lo que hacen todas las
noches)
Tratar de dominar el mundo.”
Cuando Pinky y Cerebro empezó a tener un fuerte rating los contenidos se
volvieron más complejos; los escritores añadieron elementos familiares y
románticos. Quizás lo más importante de Pinky
y Cerebro es que su relación no está sembrada o hecha para verse como una
pareja heterosexual, sino que en definitiva está concebida y presentada para
verse como una pareja homoerótica. Por ejemplo, cuando Cerebro es interrogado
por un empleador:
“¿Está usted casado?”
Después de un breve silencio e incómoda pausa, él responde
“No, yo tengo un compañero de
piso”...
Sabemos que la respuesta
“compañero de piso” es - o era - una estrategia familiar para ocultar las
parejas del mismo sexo de los homófobos potenciales. Cerebro logra conseguir el empleo y entra en
la corporación como un hombre gay en el
closet. De igual manera Cerebro rechaza torpemente las pretensiones femeninas e
inventa explicaciones absurdas para la fotografía de Pinky en su escritorio.
Cuando los padres de Cerebro lo
visitan, Cerebro presenta a Pinky como “mi...um...
compañero de cuarto”. Los padres de Cerebro
no se comen ese cuento y muy liberales al final invitan a Cerebro y a Pinky a
pasar en familia el Día de Acción de Gracia. Ningún otro cartoon de la década
de 1990 interpretó a parejas del mismo sexo tan abiertamente como Pinky y Cerebro.
Otro de los cartoon o comiquita
que con mucha frecuencia retrata el deseo homoerótico es Bob Esponja (1999). Este cartoon, una esponja amarilla cuadrada, tiene
una amiga llamada Sandy, una ardilla en un traje de buceo, pero nadie en su ciudad
submarina de Bikini los confunde o los ve como amantes, ni nunca se hace tal insinuación.
Sin embargo, Bob Esponja tiene una
relación particular con su vecino, Patricio que es una estrella de mar, y se
emparejan con una intensidad sin duda erótica.
A pesar de que los dos no están
codificados consistentemente como parejas románticas - viven por separado e
interactúan con grupos separados de amigos - la posibilidad del deseo
homoerótico no está excluido.
Por otra parte Bob Esponja, tal vez de manera inocente, recuerda muchas veces los diferentes comportamientos juveniles de los primeros descubrimiento de la adolescencia gay, como el primer amor, las decepciones y otras situaciones afines.
Los Simpson (1989) fue la primera serie de dibujos animados
modernos que incluyó personajes abiertamente gais , y casi todos los episodios
alude al deseo por el mismo sexo, los códigos son complejos y en constante
flujo. Por ejemplo entre los personajes
abiertamente gais, se encuentra el Señor Smithers o Wuandúlo Smithers Jr, gay
de closet, y la hermana lesbiana de Marge Patty Bouvier.
El Señor Smithers Jr es un
personaje ficticio recurrente de la serie de televisión Los Simpson. Es el
ayudante y asistente personal de Montgomery Burns, dueño de la Planta de
energía nuclear de Springfield. De muchas formas, Smithers representa al
estereotipo de un homosexual en el armario. Hay varias características que
hacen que Smithers represente el estereotipo del gay enclosado, ya que no se ha
declarado homosexual, pero tiene varios amigos gais, en Springfield frecuenta
el barrio gay, colecciona muñecas Stacy Malibu y toma unas vacaciones
exclusivas para hombres. Se puso de manifiesto en un flashback que estuvo
casado brevemente con una mujer, pero los dos se separaron porque dedicaba demasiado
tiempo al señor Burns.
Se ha demostrado que Smithers
posee un profundo y apasionado amor por el Señor Burns y su orientación sexual
ha sido descrita por los guionistas de la serie como burns-sexual, es decir
aquellas personas que no se consideran gais porque solo son homosexuales cuando
están frente a su único objeto de deseo homoerótico; por ejemplo Smithers solo
es homosexual porque ama únicamente a un hombre, el Sr. Burns, y no puede
sentir ese mismo deseo o sentimiento hacia otro hombre. Esto refleja en gran
manera la conducta de la homofobia interiorizada.
El Sr. Smithers tiene fantasías
ocasionales con el señor Burns: cuando enciende su ordenador, aparece un
montaje con el señor Burns desnudo diciendo: “¡Hola Smithers! Usted sabe cómo
encenderme”... Smithers ha
declarado abiertamente su amor por Burns por lo menos en dos ocasiones, como en
el episodio “Lisa La escéptica”, cuando, creyendo que el mundo está llegando a
su fin, Smithers dice “¡Oh, qué diablos!” y besa a Burns en los labios, después
se excusa diciendo que es “simplemente un signo de mi respeto”.
En la serie Los Simpsons la
mayoría de los personajes masculinos han expresado deseos homoeróticos, y
muchos de ellos mantienen relaciones homoeróticas de closet como el caso de la
pareja interracial de Leonard "Lenny" Lenford (blanco) y Carlos "Carl" Carlson
(afroamericano), ambos compañeros de Homero en su trabajo y que frecuentan el
bar de Springfield cuyo dueño es Moe:
“Lenny y Carl son raramente visto separados y tienen
una estrecha relación, con toques de la homosexualidad, aunque ambos se han
visto salir con mujeres. Cada uno posee una maestría en física nuclear, pero a
menudo son retratados como hombres trabajadores de cuello azul.” … “Hay
insinuaciones homosexuales ocasionales en la relación de Lenny y Carl.”
También podemos decir que en la
popular serie de los muñequitos amarillos también existen los personajes
homofóbos, tal vez el único personaje abiertamente tolerante y consistente
tanto en conocimiento de la homosexualidad de forma positiva sea Lisa Simpson.
A partir de finales de los
noventa emergen muchos cartoons con personajes gays, un ejemplo es Los Padrinos Mágicos donde uno de los
amiguitos de Timmy, personaje principal es gay. Chester es un niño de 11 años
que ya presenta características homoeróticas, por ejemplo está enamorado de
otro niño A.J. también de 11 años. Además Chester es alérgico a las niñas.
En Los Padrinos Mágicos, igualmente aparecen personajes travestidos
como el caso del papá de Timmy, que gusta vestirse de mujer y así llega a
conquistar el amor de Adam West. Adam West está enamorado del padre de Timmy
(sin saber que es un hombre), aunque en un capitulo Timmy le dice que la
“mujer” que gano el concurso de belleza es su padre, y Adam West no teme en
pedirle el teléfono sabiendo ya que es un hombre.
South Park (1997), el cartoon de un grupo de niños de 3er grado,
parece abierto al amor homoerótico, no obstante las identidades masculinas gais
son retratadas intrinsicamente malignas o equivocadas, como casi todos los
personajes, pues la serie es bastante alocada, irreverente, grotesca y muy
políticamente incorrecta.
Entre los personajes gais de
South Park se encuentra el Sr. Garrison, maestro del 3er grado. En su pasado
era un hombre, pero decidió hacerse un cambio de sexo a principios de la novena
temporada para luego recuperar su pene por ayuda de un experimento por ratas y
volver a ser hombre. Los únicos cambios que tiene cuando se ve como mujer son
el maquillaje y la ropa, tiene el mismo aspecto y prácticamente la misma voz
que antes de hacerse su cirugía de cambio de sexo. El Sr. Garrison tiene
relaciones con el Señor Esclavo quien frecuentemente está en el aula de clases
y golpea para desquitar su furia.
Big Gay Al, otro personaje de South Park, es un homosexual
estereotípico. Tiene una granja de animales homosexuales que han sido
rechazados por sus dueños homofóbicos. También apareció en la película South
Park: Más grande, más largo y sin cortes, entreteniendo a las tropas
estadounidenses. También fue líder de los niños exploradores, pero le
prohibieron continuar con su trabajo por ser homosexual. Los jefes scout
contrataron en su lugar a un líder más varonil, quien finalmente resultó ser un
pedófilo que tomó fotos de los niños desnudos. En la novena temporada, terminó
casándose con el Señor Esclavo, ex-amante de Señor Garrison, este último hizo
muchas tretas para evitar esa unión de gais.
En South Park si bien la
homosexualidad y el deseo homoerótico está muy estereotipado, tanto la
homosexualidad y su deseo son aceptados como parte de la vida y muchas veces
los personajes gais son motivo de mensajes positivos. Es difícil conseguir en
este comic de televisión información netamente buena o adecuada porque su
gracia y éxito se debe, como dije antes, a su forma de ver la vida que es
políticamente incorrecta, sin embargo y aun así llega a mejorar en muchas
ocasiones otros programas altamente homofóbicos y discriminatorios en todos los
sentidos. Tal como aparece en el episodio “Dos
muchachos desnudos en una tina caliente”, donde dos de los padres deciden
masturbarse uno delante del otro. Sin embargo toda preocupación pasa en los
niños y personas del pueblo cuando Jimbo exclama: “Claro , es una actividad gay”… “pero
todo el mundo es un poco gay.”
Las caricaturas animadas, comiquitas o cartoons desde sus comienzo presentaron la homosexualidad y el deseo homoerótico, en sus comienzos están estuvieron codificadas bajo los patrones románticos de la heteronormativa, bajo la sombra de lo antropomorfo de los personajes o como una forma de burla a esa realidad que ofendia a los heterosexuales. No obstante, el deseo hacia el mismo sexo y la identidad homoerótica se hacen más manifiestas en la cultura y en la sociedad y con ella los cartoons tambien avanzan. Muchas de las relaciones homoeróticas transferidas en los personajes de las caricaturas animadas se vieron envueltas como roommate, compañeros de piso y la pregunta era ¿son realmente gay? Entrado en el universo de lo posible, el deseo homoerótico se convirtió en una caricatura, como una manera de expresar que la única necesidad verdadera era el deseo heterosexual.
Sin embargo la animación junto con sus directores y escritores empezaron a presentar las identidades de gays y lesbianas como aceptable. No todas por supuesto eligieron la realidad social, pero cada vez más la homosexualidad como su deseo son temas de discusión en estos tipos de programación televisiva.
Por ahora nos conformamos con la inocencia de Bob Esponja, con la inteligencia y gracia de Pinky y Cerebro, o con la irreverencia alocada de Mr. Garrison y Big Gay Al de South Park y sus peleas para ver quien se queda con el chico barbudo y de cuero Mr. Slave. Tendremos que soportar la homofobia light dE Los Simpsons y que Lisa llegue a ser presidenta para eliminar así la homofobia en Springfield.
Tal vez pasará mucho tiempo para que llegue un comic animado que sea supergay... pero a lo mejor ya no será tan divertido, porque quizás lo que hace reir muchas veces es lo que creemos que es lo que no es políticamente correcto... en todo caso nos burlaremos entonces de la heteronormativa, pero tampoco sería eso una bella realidad.
¿¡Qué?! Jamás en la vida se me hubiera ocurrido lo de Pinky y Cerebro, ¿Por qué me lo dijiste? >_< Ahora cada vez que escuche "Lo mismo que hacemos todas las noches" voy a andar de mal pensada xD.
Bueno, llegue aqui de alguna manera, buscando algo del Espantatiburones creo, porque recien es que caí en cuenta de que trata un tema homosexual (si, a veces soy taan lenta), como sea, me gusto tu artículo n_n
Me gusto tu artículo y me doy cuenta que no soy paranoica solo extremadamente detallista y cuidadosa al punto que me molesta que me den informacion subliminal
¿¡Qué?! Jamás en la vida se me hubiera ocurrido lo de Pinky y Cerebro, ¿Por qué me lo dijiste? >_< Ahora cada vez que escuche "Lo mismo que hacemos todas las noches" voy a andar de mal pensada xD.
ResponderEliminarBueno, llegue aqui de alguna manera, buscando algo del Espantatiburones creo, porque recien es que caí en cuenta de que trata un tema homosexual (si, a veces soy taan lenta), como sea, me gusto tu artículo n_n
Un Saludo!
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ResponderEliminaren esteven universe Granate es la fusión de dos gemas de cristal que como se querian tanto decidieron mantenerse fusionadas
ResponderEliminarEn South Park, añadieron una "pareja"gay de niños, Craig y tweek y esta en la 19 temporada, Cap 6 y se llama: Tweek x Craig
ResponderEliminarEn South Park, añadieron una "pareja"gay de niños, Craig y tweek y esta en la 19 temporada, Cap 6 y se llama: Tweek x Craig
ResponderEliminarMe gusto tu artículo y me doy cuenta que no soy paranoica solo extremadamente detallista y cuidadosa al punto que me molesta que me den informacion subliminal
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