los inverosímiles espejismos
las oscuras pesadillas
vuelan con las últimas tórtolas
con las finitas colombinas
que van cayendo al vacio
heridas
con sus alas partidas
con sus corazones rotos
vencidas
agotadas
moribundas.
Se han acabado los sueños felices
se han desterrado
como se alejan
los elefantes moribundos.
Temo cerrar los ojos
porque sé que en mi delirante somnolencia
es real mi infierno
innegable mi eterno abismo.
Soy un sonámbulo despierto
vagando en los riscos del olvido
aferrándome a los mínimos
y desolados cuerpos inertes
de los condenados
de los castigados
de los reos
de los culpables
de los réprobos
de todos aquellos que un Dios
ha olvidado.
No quiero cerrar mis ojos
porque prefiero
ver de frente a la muerte
y que no me abrace dormido.
Precioso, Félix. Es un gran poema.
ResponderEliminarun abrazo
viviana