El pasado mes el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías mando a congelar las relaciones diplomáticas con Colombia, además de suspender las importaciones de dicho país, cuando el gobierno colombiano acuso a Venezuela de suministrar armas a la FARC. Sin embargo ya hoy el idilio sigue cuando el presidente venezolano ordeno el retorno a Colombia de su embajador. Según Chávez, Colombia tomo como excusa la denuncia de las armas venezolanas en las manos de la FARC para justificar las bases norteamericanas en el territorio colombiano, pero al mismo tiempo esta noticia representa para Chávez una cortina de humo tanto a nivel nacional como internacional para tapar lo verdaderamente grave de su gobierno como es el cierre de 34 emisoras radiales, la Ley de Delitos mediáticos y la Nueva Ley de Educación que tienen en vilo a los venezolanos entre otras cosas.
En esta Telenovela varían las estrellas secundarias o coprotagonistas, a veces vemos a la Sra. Piedad Córdoba con sus particulares turbantes engalanando a Miraflores, o el ex -presidente colombiano Eduardo Samper endulzando las agrias relaciones, o el mismo mandatario norteamericano Barak Obama dando declaraciones de no interesarle para nada bases militares en la hermosa tierra colombiana, o Rafael Correa, presidente de Ecuador, aliado indiscutible de Chávez y una de las causas por la que Venezuela rompió relaciones con los colombianos en el 2008, además de la ya mencionada FARC. En este romance tormentoso entre los dos presidentes el que está en verdadero peligro es el pueblo que sigue con interés cada capítulo de esta historia, son cientos de miles o mejor dicho millones de los colombianos que residen en Venezuela que han contribuido al desarrollo del país, así como muchos de los venezolanos que han partido a la hermana Colombia en busca de mejor calidad de vida y de nuevas oportunidades especialmente en estos diez últimos años, tenemos también las poblaciones fronterizas que se perjudican cada vez que alguno de estos protagonistas le da una rabieta y deciden romper relaciones. La única esperanza para que llegue a su fin este culebrero es que en las próximas elecciones presidenciales de ambas naciones se le cambie las caras a los protagonistas y que en verdad se tome en cuenta que el verdadero progreso de la región está en la unión de ambos pueblos para solucionar los principales y graves problemas que nos perjudican como son la guerrilla y el narcotráfico. Mientras tanto yo aquí desde mi amada Caracas, seguiré disfrutando de mi novela favorita colombiana “Vecinos” mientras junto con mi comadre colombiana nos comemos unas ricas carimañolas.
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