Roberto Bolle es uno de los grandes bailarines de ballet clásico del momento. Su cuidada técnica, su fuerza en escena, la gracia de sus movimientos, el clasicismo de su ejecuciones y su expresiva escena lo han colocado en la cúspide del Olympo de los Dioses de la Danza como Nijinski, Nureyev, Barishnikov y Bocca. Además este talentoso bailarín italiano nacido en Casale Monferrato, ha utilizado su fama para convertirse en un activista por los Derechos Humanos y un embajador de buena voluntad de la UNICEF.
Bolle proviene de una familia humilde. Su padre trabajaba en un taller como mecánico y su madre estaba dedicada a los oficios del hogar cuando a la edad de 11 años entró en la Escuela de Ballet del Teatro La Scala en Milán. Rudolf Nureyev fue el primero en darse cuenta de su talento y lo eligió para interpretar Tadzio en el ballet “La muerte en Venecia”. En 1996, después de sólo dos años se unió a la Compañía de Teatro como miembro del cuerpo, y después de bailar en “Romeo y Julieta”, Roberto fue promovido a primer bailarín por Elisabetta Terabust que se encontraba en ese momento desempeñándose como la Director del Ballet. Desde entonces ha protagonizado muchos ballets contemporáneos y clásicos como La bella durmiente, Cenicienta, Don Quijote, Lago de los Cisnes, El Cascanueces, La Bayadera, Estudios de Lander, Giselle, Espectro de la rosa, La Sylphide, Manon, Onegin de Cranko, entre otros muchos.
Desde 1996 su carrera internacional ha crecido enormemente. Ha bailado con el Royal Ballet, el Ballet Nacional de Canadá, el Stuttgart Ballet, el Ballet Nacional de Finlandia, el Staatballett Berlín, la Ópera Estatal de Viena, Ballet de la Staatsoper de Dresde, el Ballet de Munich, el Ballet de Tokio. Derek Deane, el director del Ballet Nacional Inglés, creó dos producciones para él: Lago de los Cisnes y Romeo y Julieta los dos actuó en el Royal Albert Hall de Londres. En el 10 º aniversario del Teatro de la Ópera de El Cairo se presentó en un fabuloso Aída en las pirámides de Giza y después en la televisión en vivo en todo el mundo en la Arena de Verona para una nueva versión de la ópera. Desde diciembre de 1998 ha sido residente del artista invitado en el teatro La Scala.
En octubre de 2000 abrió la temporada en el Covent Garden Opera House en Londres con la producción de Anthony Dowell El Lago de los Cisnes y en noviembre fue invitado al Bolshoi para celebrar el 75 aniversario de Majja Plisetskaja. En junio de 2002, bailó en el Palacio de Buckingham con motivo de los 50 años de gobierno de la Reina Isabel II. El evento fue transmitido en vivo por la BBC y se transmitió a todos los países de la Commonwealth. En octubre de 2002 mientras que La Scala Ballet estaba de gira en Moscú, se puso a bailar Romeo y Julieta con Alessandra Ferri en la producción de Kenneth MacMillan, en el Teatro Bolshoi. En el año 2003, para celebrar los 300 años de aniversario del Teatro Mariinskij, Roberto bailó El Lago de los Cisnes. Durante la temporada 2003/2004 fue ascendido al Etoile en el teatro de La Scala.
En febrero de 2004 actuó L'histoire de Manon, por primera vez con Alessandra Ferri en el Teatro Arcimboldi de Milán, fue un gran éxito. En marzo se puso a bailar El pájaro de fuego, en un solo hecho específicamente para él por Renato Zanella en el prestigioso Festival de San Remo, Italia, que fue transmitido en todo el mundo. Posteriormente fue invitado por el Teatro Mariinskij a bailar para la tercera edición del Festival Internacional de Ballet. El 1 de abril 2004, bailó delante del Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro para celebrar el Día de los Jóvenes. La Ópera de París lo invitó a bailar Don Quijote en mayo y La Bella Durmiente en diciembre. El 7 de diciembre, para celebrar la reapertura de La Scala después de su restauración, bailó Europa Riconosciuta con Alessandra Ferri y tres semanas más tarde en la víspera de Gala de Año Nuevo estrellas.
En marzo de 2005 fue invitado a bailar Musageta Apollon en el Teatro Mariinskj en San Petersburgo con motivo del IV Festival Internacional de Ballet. En diciembre de 2005 en el Covent Garden Opera House en Londres, realizó la producción de Federico Ashton “Sylvia”. En febrero de 2006 bailó en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín, donde actuó en un solo creado para él por Enzo Cosimi.
En 2007 actuó por primera vez como artista invitado en el American Ballet Theatre, con motivo de la actuación de despedida de Alessandra Ferri. Para la Temporada de Primavera 2009 en el Metropolitan Opera House de Nueva York, actuó como Primer Bailarín en el American Ballet Theatre, siendo la primera vez que un bailarín italiano se ha sumado a la compañía como el principal o primer bailarín.
Roberto Bolle además de ser un ícono del Ballet, su belleza y estilizada figura lo han llevado a ser imagen de Ferragamo, y ha sido fotografiado por artistas de la talla de Annie Leibovitz, Luciano Romano y Bruce Webber. Este excelente hombre en el 2008 en una entrevista para la revista HOMME declaró ser homosexual, noticia que fue buen recibida por la comunidad GLBT, convirtiendolo también en un icono del mundo abanderado por el Arco Iris.
Por Félix Esteves
Me encanta bailar, y creo que es una de las cosas que mas amo me imagino que para el debe ser muy importante su carrera le deseo lo mejor muchas bendiciones
ResponderEliminarFélix:
ResponderEliminarExcelente, precisa y completa review sobre Roberto Bolle, uno de mis bailarines favoritos.
No obstante, debo decepcionarte aportanto este dato. La afirmación de su homosexualidad, supestamente revelada por él mismo en una entrevista a la revista francesa Numero Homme, se tornó un episodio bastante bochornoso a raíz de lo yo daría en llamar una serie de "malas desiciones" por parte de Bolle. A principios de 2009, el bailarín desmintió los dichos de la revista acerca de su homosexualidad. Lo hizo a través de una carta abierta que podrás encontrar en muchos sitios web. Lejos de aclarar el panorama con un "No soy homosexual", Bolle decidió aumentar el aura de ambigüedad que rodea a su figura y a través de la carta afirmó que nunca pronunció las palabras que la revista le atribuye. Dijo, entre otras cosas, que nunca ha hablado de su vida privada y que no comenzaría a hacerlo ahora, ya que no se siente en la obligación de revelar si es o no homosexual. Lejos de malquistarse con la revista que habría tergiversado sus palabras, Bolle atribuyó el malentendido a su escaso conocimiento de la lengua francesa, idioma en que al parecer dió la nota. Aseguró que mantiene un profundo "respeto" y "simpatía" por las personas homosexuales al tiempo que aclaró que sus dichos sobre la homosexualidad eran consideraciones generales sobre el tema y no reflexiones sobre su vida particular.
Este bochornoso ida y vuelta de declaraciones me hace pensar en dos hipótesis. Es posible que Bolle admitiera su condición gay ante la revista y luego, al ver las repercusiones en su Italia natal, se sintiera abrumado (por no decir asustado). Es una posibilidad y sería muy triste si así fuera.
Pero lo que realmente sería poco digno, en mi opinión al menos, es haber usado este juego de declaraciones y desmentidas para aumentar la ambigüedad y la provocación que son inherentes a su persona y que ya ha desplegado en sugestivas producciones fotográficas para artistas de la talla de Bruce Weber y muchos magazines de moda. Esto sería dar un uso comercial a su condición (o no condición) de homosexual. Me cuesta creer que haya dado una nota en una lengua que no domina. Me cuesta pensar que hubo un malentendido con el reportero. Imagino que ante semejante exclusiva, el peridista habría repreguntado algo de modo tal que Bolle hubiera comprendido que sus palabras fueron malinterpretadas y habría tenido así la oportunidad de aclarar los puntos que fueron mal comprendidos por su "mal manejo de la lengua francesa".
Es cierto que Bolle nunca habla de su vida privada pero por otra parte, hace todo cuanto está a su alcance para avivar la provocación, la curiosidad de algunos y el morbo de otros. Sus producciones fotográficas (de gran calidad por cierto) salpicadas de alto contenido homoerótico, lo ubican en una posición extraña. Por un lado lo dejan como el hombre cansado de la "fijación" (así la ha llamado) de la prensa por su sexualidad. Y por el otro lado lo ubica como el hombre que se destaca (entre sus muchos talentos) por su gusto por bordear la ambigüedad sexual tanto como pueda. No me parece que se pueda vivir reclamando discreción al tiempo que se apela a la provocación sexual y a las supuestas "malinterpretaciones" de declaraciones tan serias.
Si hace lo que hace como una forma de "experimentar" artísticamente, lo respeto (aunque no lo comprendo). Si lo hace como promoción (los que seguimos su carrera sabemos que aspira a un futuro como actor) me parece un tanto hipócrita. El principio del siglo XXI se ha visto marcado por logros fantásticos para la comunidad homosexual (en ciertos países, cuando menos), aunque aún quede mucho por hacer en materia de igualdad. Usar la condición gay (afirmada y luego desmentida) como un acto de autopromoción me parece jugar con los logros que toda una comunidad tardó décadas en alcanzar.
La condición sexual de una persona es absolutamente intima.
ResponderEliminarLo valioso es su arte.
En lo privado es dueño de su cuerpo y alma.
Las especulaciones son estupidos resabios de prejuicios tontos.