DE LA BELLEZA VENEZOLANA Y SUS CORONAS.

Ivian Sarcos, Miss Venezuela World 2010 y ahora Miss World 2011.
La sexta corona de Miss World.

La belleza venezolana es el producto de un mestizaje creo que único en el mundo. Después del descubrimiento y del proceso de colonización por parte de los españoles (en su mayoría Andaluces, Extremeños y Castellanos) y otros ibéricos, junto con los portugueses, moros y judíos que pisaron estas tierras de gracias,  se agregaron la sangre de los alemanes con la llegada de la casa Wesler: el 27 de marzo de 1528 Carlos V y los Welser celebran un contrato mediante el cual éstos obtienen en arrendamiento el territorio correspondiente a la Provincia de Venezuela.

Susana Duijm. Miss Mundo 1955

Todos estos genes se mezclaron con la sangre aborigen de los Caribes, los Pemón, y otras tribus indígenas, a ellas se agregaron los cimientos africanos cuando se necesito la mano esclava, principalmente a finales del siglo XVI, XVII y XVIII, con el cultivo del cacao y el café, única riqueza de estos suelos, pues el “Sueño del Dorado” se limitaba principalmente a Perú, Colombia y México. 

Venezuela se fue poblando de una riqueza étnica que siguió progresando rápidamente, especialmente con el descubrimiento del “oro negro” o petróleo en el siglo XX, que trajo barcos repletos de europeos, especialmente italianos, portugueses y más españoles (principalmente canarios) que salían de sus tierras amadas por motivos económicos y políticos. 

Maritza Sayalero. Miss Universo 1979.

Igualmente, el petróleo trajo compañías americanas e inglesas que eran las únicas en la explotación del tan codiciado hidrocarburo. En las décadas de los treinta y cuarenta la emigración creció, debido a la guerra en Europa, llegando una singular población de europeos tanto del Mediterráneo como de la Europa Oriental, y que se acrecento al finalizar la Segunda Guerra Mundial, pues Venezuela ofrecía grandes oportunidades.

Pilín León. Miss Mundo 1981.

Más adelante en la década de los 50 del siglo pasado, llegaron los árabes, turcos, libaneses y sirios a poblar esta tierra gracias a la apertura de la democracia. En los años setenta con la nacionalización del petróleo y la bonanza petrolera, Venezuela se puebla de hermanos colombianos, chilenos y argentinos, estos dos últimos huyendo de las terribles dictaduras que desangraban el cono sur.

Irene Saez Conde. Miss Universo 1981

Barbara Palacios. Miss Universo 1986.

Estos extranjeros rápidamente se enamoraron de nuestras tierras y de nuestra sangre y fueron llenando esta geografía maravillosa de diamantes en brutos. Pero la belleza venezolana también es producto de una actitud y una forma de ser del venezolano. La riqueza petrolera nos trajo o nos lleno de una pedantería única (a veces fresca otras veces chocante), de una educación pulida y una forma de ver el mundo distinta, Venezuela era una esponja que absorbía todas las directrices y se abría a una transculturización pocas veces vista o sentida en América del Sur, éramos la puerta del continente y como tal estuvimos abiertos a cualquier movimiento, istmo o tendencias culturales.

Astrid Carolina Herrera. Miss Mundo 1984.

Alicia Machado. Miss Universo 1996.

A todo esto le sumamos el sabor propio del latino, la sensualidad del Caribe, pero sobre todo “goût et savoir comment être” venezolano y que es muy difícil de definir. Venezuela es tierra de gente bella y un ejemplo de eso es que es el único país que ostenta la mayor cantidad de coronas de belleza femenina: Seis Miss Universo, Seis Miss Mundo, Seis Miss Internacional, además que de todo concurso de belleza que existe en el planeta, tenemos una corona. Pero esto no es gratuito, el diamante en bruto es pulido gracias a organizaciones y a una industria que ha hecho de Venezuela un país hacedor de belleza. La más importante de esas organizaciones es el “Miss Venezuela”, el primer concurso de belleza femenina del país y de donde han salido las mujeres más bellas  y que no sólo han engalanado el territorio nacional sino también el mundo entero. Así como la Organización del Miss Venezuela, muchas ciudades tienen sus centros u instituciones destinadas en la búsqueda de bellezas regionales, y no hay estado o pueblito donde exista su reinado o su concurso donde proliferan una inmensa cantidad de muchachas con el sueño de convertirse en Misses y ser o llegar a ser la representante nacional y por supuesto llegar al estrellato internacional.

Ninibeth Leal. Miss Mundo 1991.

Jacqueline Aguilera. Miss Mundo 1995.

Quizás parezca superfluo e innecesario que existan estas organizaciones, pero estas instituciones o pequeña industria de la belleza genera una gran cantidad de empleo tanto directamente como indirectamente, que van desde los grandes seleccionadores de las muchachas, directivos, peluqueros, diseñadores, vestuaristas, maquilladores, cirujanos plásticos, odontólogos, profesores de modelaje, fotógrafos, escenógrafos, transportistas, y una singular pero numerosa cantidad de personas involucradas en el show o concursos como tal, iluministas, productores de espectáculos, pintores, directores de arte, músicos, etc. etc. etc.

Dayana Mendoza. Miss Universo 2008.

Stefania Fernández. Miss Universo 2009.

En Venezuela la belleza parece gratuita, en cada esquina, en cada calle, en cada rincón no topamos con una mujer bella, con un hombre guapo, pero sobre todo con unas personas que se siente bellas y especiales y es eso tal vez lo que nos caracteriza y los que nos hace tan únicos. Venezuela ostenta las coronas de belleza más preciadas del mundo, sin embargo la mejor corona que podemos tener es aquella de sentirnos felizmente "Venezolanos".

Irene Sofía Esser. Miss Venezuela 2011.
Quizás nuestra próxima Miss Universo?
Tiene todas las condiciones para ganar.

Por Félix Esteves