Melancolía de Lars von Trier es una de esas películas “extrañas”, no sólo por su manera de enfocar y contar la posible destrucción del mundo, sino por la manera del manejo de las situaciones psicológicas que se ven involucradas por tal hecho. Miles de films han narrado el Apocalipsis desde diferentes puntos de vista, pero nunca con la precisión humanamente interior con que son expuestas las emociones en esta singular y hermosa producción cinematográfica.
La cinta visualmente no puede ser más pulcra y equilibrada en sus imágenes, a pesar de lo desequilibrados de sus personajes, que se debaten entre los conflictos del eterno dilema que existe entre la ciencia y la intuición, frente a un hecho como lo es el fin del mundo.
Lars von Trier no anda con rodeos y elimina toda esperanza con una propuesta arrolladoramente hermosa, hipnótica y que nos atrapa desde el comienzo. Desde un principio Lars no nos da respiro, y es que la película se destaca por la extraordinaria desesperanza que la sustenta, sostiene e impulsa desde sus primeras imágenes hasta el terrible fin.
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Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg |
El director Von Trier nos regala y al mismo tiempo nos abofetea con una auténticamente demoledora disección del espíritu humano, a través de una radiografía social cínica, cáustica y desolada a partir de un cuadro de personajes de clase alta plenos en lo material pero totalmente destartalados en lo anímico y absolutamente desequilibrados por encima de su maravillosa e impúdica excentricidad. La película en su principio nos anuncia que el mundo se acaba, pero en sucesivas y sostenidas escenas nos demuestra que en realidad la humanidad ya ha perecido, y todo a través de personajes altamente bien escritos y construidos.
Kirsten Dunst (Entrevista con el Vampiro, 1990; Mujercitas, 1994; Maria Antonieta, 2007, entre otras muchas) la novia que entra en depresión tan solo horas después de decir el "sí acepto", es la protagonista de este díptico de la complejidad femenina. La otra cara de la moneda está la sorprendente actriz inglesa Charlotte Gainsbourg (Jane Eyre, 1994; 21 Gramos, 2004; Nuovomondo, 2006; y paremos de contar) como su controladora hermana, aterrada por el fin de los tiempos. Dunst esta deslumbrante por su plasticidad y maleabilidad a la hora de mostrar el abanico de fortalezas e inestabilidades de su personaje, donde la melancolía y depresión provienen de su propia interioridad. Gainsbourg, una vez más nos presenta su increíble talento en este personaje que al principio se muestra fuerte y consistente pero que al final se desquebraja bajo la melancolía y la depresión nacida u originada por no poder soportar la muerte que se avecina.
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La escena final del film, cuando ya se acerca el fin del mundo. |
Lars von Trier adopta y se distingue de nuevo por la brusquedad casi intimidatoria de la cámara en mano durante buena parte del film, escarchada de construcciones y escenas lentas y pausadas, casi en cámara lenta, pero plenas de gran naturalidad y belleza en un conjunto altamente fortalecido por una espectacular fotografía, que ayuda a soportar el tono durante una narración en absoluto pesada pero al mismo tiempo abrumadora y que resulta peligrosamente atrapante a pesar de lo largo de la cinta (más de dos horas).
Melancolía es un film distinto, original y singular donde la línea delgada de las emociones humanas es mostrada a veces violentamente y otras veces delicadamente intimas con un lirismo pocas veces encontrados en una película, y en especial en la filmografía que llega a las salas de cine de Venezuela donde el séptimo arte europeo brilla casi por su ausencia. Yo tuve la oportunidad de ver este excelente film fue gracias a la Piratería.
Por Félix Esteves
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