Según en las sabias palabras del
gran escritor Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936) las tres mayores
facultades del humano provienen de tres diferentes partes del cuerpo:
“Y cabeza, corazón y estómago son las tres
facultades del alma que otros llaman inteligencia, sentimiento y voluntad. Se
piensa con la cabeza, se siente con el corazón y se quiere con el estómago.” (En : Niebla. 1996. Cap. XXIV, p. 178)
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Miguel de Unamuno. |
Tal vez en la época del escritor
de la señalada novela y de “La tía Tula” no era importante los concursos de
belleza y las siliconas aún todavía no habían hecho su aparición, aunque me
imagino que existían las damas y damiselas con sus dos buenas razones por
delante. Unamuno si hubiese existido hoy día lo más seguro es que no hubiese
escrito la frase citada tal como la conocemos o por lo menos hubiese dado cita
a aquellas personas que piensan, sienten y que quieren con las tetas, y en especial
si se hubiese conocido a las bellezas venezolanas.
Saco esto a colisión porque en
Venezuela existe desde hace bastante tiempo atrás un fenómeno socio-cultural: los
concursos de belleza; este fenómeno ha modificado la idiosincrasia del
venezolano. Desde que en 1979 obtuviéramos la corona de miss universo, no hemos
parado de obtener grandes reinas de belleza, pero esto tal vez parezca que es
inofensivo y hasta poco importante, pero no es así, cuando se le hace creer a
un pueblo que por naturaleza sus habitantes y en especial sus mujeres son las más
bellas del mundo, que no existen en otra parte del universo beldades femeninas
como las nuestras, caemos sin querer en supremacismo. Claro está que este
supremacismo criollo es inocente y vacuo (hasta ahora) y que sólo saca su cara
oscura o lado maligno a la hora de los concursos internacionales, donde los fanáticos
hacen de las suyas insultando, denigrando, y hasta calumniando a las demás chicas
no pertenecientes a la supremacía criolla.
Quizás lo anteriormente dicho sea
común en todos los países que han desarrollado una vivaz emotividad por los
concursos de belleza, por lo general naciones bananeras, tercermundistas, o
para ser menos cruel en vías de desarrollo. Pero lo peor es que en estos países
y hablo por lo menos en el caso de Venezuela, la belleza se ha hecho eco de ser
la mayor cualidad y virtud que puede tener una mujer. Desde pequeñas se les
enseña a las niñas a modelar antes de caminar, porque tal vez sea una “Miss
Venezuela” y hasta la próxima “Miss Universo”; tal vez no les enseñemos las
primeras letras a las niñas, pero si le enseñamos a decir: “Mi nombre es
Fulanita y represento a ¡VENEZUELAAAAAAA!” como tantas veces lo hemos escuchado
de las vivaces voces de nuestras representantes en los concursos “maden in USA”
o “maden in England”.
Las niñas crecen así sintiéndose las
más bellas, las más admiradas, las más solicitadas, las más espectaculares, las
más importantes, y por supuesto las más queridas. Y aunque esto no es malo para
su autoestima, estamos en muchos casos criando y creando “monstruos”, niñas “superdotadas
en dogmas” que se creen superiores a las demás. Por otra parte, estas niñas
creen también que su única arma para el éxito es su cuerpo, así que cuando
cumplen quince años, las jovencitas no quieren una fiesta, ni un viaje a Europa
que les ayude a abrir su horizonte cultural, no, eso no importa… lo que piden
son tetas… tetas nuevas. O piden que les inflen los labios, o que les operen la
nariz al estilo Nicole Kidman o tal vez la más ambiciosa pida todo de un solo
golpe. Lo más cruel es que existen muchos padres que las complacen.
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Alicia Machado. Miss Venezuela y Miss Universo. ¡Nuestra gran tetona por excelencia! |
El venezolano ya no ahorra para
pagarle la universidad a la niña, ahorra para cuando llegue el momento de que a
la hija se le ocurra operarse las tetas. La materia gris dejo de ser alimentada,
ya no nos interesa tener una Marie Curie en la familia, para que criar a una Amalie
Emmy Noether, para que vamos a querer a una Gabriela Mistral o a una Susan Jocelyn Bell Burnell, si podemos tener una Miss
Venezuela y una Miss Universo o una Miss Mundo… bueno “y si no gana que trabaje
en televisión que para eso le compramos las tetas”.
El venezolano parece entender el
mundo a través de las tetas; y nuestras mujeres, bellas ciertamente como lo son
todas las mujeres del mundo, parecen pensar con las tetas, sentir con las tetas
y a querer con las tetas, y no temen en admitirlo. Y cada vez aparecen más
bellas “Alicia” con sus enormes y bellas tetas con sus mentes obtusas y
cerriles hablando sandeces… cometiendo errores y horrores... Ayer en la noche apareció una nueva bella "Tetona" llamada Irene... entre tanta "Rosita" (1) y tanta "Diosa". (2)
No hablo de todas, pero estamos haciéndonos
un país de tetas, en vez de un país de científicas, en vez de una nación de
buenas maestras o de buenas arquitectas, o de cualquiera otra profesional que
ayude al país a seguir adelante.
Unamuno de seguro habría gritado
¡Vivan las tetas! ¡Pero que mueran las obtusas!
(1) y (2) "Rosita" y "Diosa" famosas tetonas y bellezas venezolanas.
Por Félix Esteves.
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