Según la mitología el hombre oso
es un licántropo que puede aparecer bajo la forma de un oso, de un humano o de
un híbrido de ambas especies. En su morfología humana es la de un hombre alto y
fornido, musculoso, generalmente con barba y abundante vello corporal; el color
de su cabello coincide con el color del pelaje que tiene en su forma ursina. En
la forma híbrida su estatura es de hasta 70 cm por encima de la estatura
humana, el pelaje y su cabeza se transforma en la de un oso, mientras que la
parte inferior de su cuerpo es más parecida a la de un hombre, pero más
robusta, vigorosa y musculosa. Como animal no existen muchas diferencias con un
oso auténtico, salvo su mayor inteligencia. En esta forma nada puede hacerles
daño excepto armas mágicas o de plata. La forma de oso suele desaparecer cuando
llega la luz del día.
El fotógrafo Li Su cree
firmemente en aquellos seductores licántropos urbanos que con su encantadora
robustez han ganado terreno dentro de los ideales de la belleza masculina. Li
Su de esta manera alimenta, nutre y reconstruye el “antropomorfismo inverso” que desde los
ochenta ha surgido como subcultura dentro de la comunidad gay. Los osos de Li Su
desprenden desde el bidimensional retrato la ternura animal y la sensualidad
bruta de aquellas extremas redondeces pobladas de pelos androgénicos que son
motivo de culto para muchos y muchas.
Desde la perspectiva de la
Modernidad Conductual Li Su hace una analogía, quizás inconsciente, de la forma
y horma de estos animales/hombres u hombres/animales que desde su ojo angular
viven y conviven en el bosque de cemento de la configurada transpostmodernidad.
Li Su acorta el “gran salto” dado por el homo sapiens que los diferenció de los
demás animales, para vestir su fotografía dedicada a este tipo de belleza masculina de un axiomático carácter documentalista
donde se reconocen y confunden el naturalismo con el homoerotismo fotográfico.
Li Su desde su aguda mirada nos
intimida y nos hace íntimos de su cosmografía osuna, de esa sexualidad y
erotismo salvaje, de esa masculinidad que se hace monstruosa y feroz pero al mismo tiempo tierna, emotiva y
dócil como los “Teddy Bear” u osos de peluche que velan los sueños de la
infancia y hacen húmedos las dulces quimeras de muchos hombres.
Si quieres conocer el arte de Li
Su te invito a visitar su página Web:
Por Félix Esteves
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