Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

lunes, 25 de abril de 2011

PAUL CÉZANNE: el comienzo de todo... el Arte Moderno.

Autorretrato con Sombrero. 1879-1880.
Óleo/Tela. 65 x 51 cm. Berna, Kunstmuseum.

Tenemos muchas razones para ubicar los orígenes del arte moderno en la obra y los planteamientos de Paul Cézanne, y si bien estuvo vinculado a las últimas “revelaciones” del impresionismo, su forma de plasmar la realidad en su lienzo fue completamente diferente a lo establecido y podemos decir que él estaba muy consciente de eso y del  arte nuevo que estaba naciendo con sus pinceladas. Su obra está sometida por el anhelo general de representar la realidad sin adaptarse o sin ajustarse a los mecanismos y criterios estrictamente ópticos de los impresionistas.

La Montaña de Sainte-Victore. 1905.
Óleo/Tela, 60 x 72 cm. Basilea, Kunstmuseum

Mujer con cafetera. circa 1895.
Óleo/Tela. 130 x 97 cm. París, Museo d'Orsay.
La atormentada trayectoria de Cézanne como pintor debe entenderse como un intento, genial y sin precedentes, de realizar un mundo objetivo sin abandonar la base sensorial de su experiencia estética. Cézanne reaccionó así contra los impresionistas y se entregó a un estructuralismo lineal fuertemente geométrico en su interpretación de la luz y las sombras. A su vez, el pintor estaba interesado en los nuevos conceptos de espacio que posteriormente y gracias a su labor pionera, iban a hacer mella en la mayoría de movimientos artísticos europeos como el cubismo, el futurismo, el constructivismo y el cinetismo entre otros muchos.

Bañistas. 1890
Óleo/Tela. 60 x 81 cm. París, Museo d'Orsay.

Fumador de Pipa. circa 1891.
Óleo/Tela. 91 x 72 cm. San Petersburgo, Museo del Ermitage.
Paul Cézanne trató de edificar una teoría visual que, sin estar falta de sensibilidad, quería ser plenamente objetiva. Fue capaz de controlar la perspectiva, la luz y la sombra bajo una nueva expresión, donde las formas se hallan más claramente definidas y los colores se intensifican en aras de un mayor acercamiento a la realidad. Igualmente logró dar a la realidad una configuración estructural que no era la apariencia puramente superficial de ellas, sino su geometría subyacente, su profundidad espacial, sus colores, sus luces y sus sombras, de acuerdo con sus métodos, para que las sensaciones sean tamizadas por el prisma analítico con que su conciencia enjuicia o valora el objeto natural. Cézanne exageró aún más la pureza de la captación sensualista de la naturaleza y demuestra que sólo reconoce la pura sensación visual.

Las Grandes Bañistas. 1906
Óleo/Tela. 208 x 251 cm. Filadelfia, Philadelfia Museum Art.

Madame Cézanne en la Buraca Amarilla. 1888-90.
Óleo/Tela. 81 x 65 cm. Chicago, The Art Institute.
Para Cézanne el ojo ya no está fijo, en un  cuadro pueden aparecer varias perspectivas; lo que en la naturaleza se nos da como ritmo vertical, puede representarse en composiciones horizontales, el horizonte es una línea cualquiera, en ocasiones incluso oblicua. Las puras impresiones cromáticas pierden el andamiaje tectónico. La composición del cuadro deja de ser una urdimbre laxa para encontrar su formulación en una estructura cristalizada que todo lo penetra. Así Cézanne en su propósito de hacer del arte algo más duradero que captar la impresión fugaz de la luz y el movimiento, habla de “Hacer” la pintura opuesto al realismo, ya que sólo presenta imágenes fenoménicas limitadas a lo aparente, logrando un arte meditado, sometido a la inteligencia creadora, tomado directamente de la observación de lo natural. El yo subjetivo queda excluido del proceso de realización en que las sensaciones sólo se fían de su “lógica” y de la consiguiente meditación constructiva. Cézanne da de esta manera el primer paso para el camino cubista reprimiendo sus sentimientos y encerrándolos en una acotada delimitación formal.

Los jugadores de Carta. 1889-1892.
Óleo/Tela. 47,5 x 57 cm. París, Museo d'Orsay.

Muchacho con Chaleco Rojo. 1888-1890.
Óleo/Tela. 79,5 x 64 cm. Zúrich, Fondo G. E. Bürhle.
Paul Cézanne concibe a la pintura como una auténtica construcción, con solidez, lógica y coherencia. Distingue la realidad natural de la plasmada en el cuadro, de manera que pintar no significa copiar el objeto, sino realizar las sensaciones en forma de color. La pintura para nuestro pintor no se limita a una simple recepción de impresiones visuales, sino que exige, lejos de toda abstracción, un motivo concreto para poder rehacer la realidad.

Naturaleza Muerta con Manzanas y Naranjas. 1899.
Óleo/Tela. 74 x 93 cm. París, Museo d'Orsay.

Viaduc á l'Estaque. 1908.
Óleo/Tela. 72,5 x 59 cm. París, Centro Pompidou. 
Por Félix Esteves

Fuentes: 

1.- Corredor-Matheos, José.
           La pintura en el siglo XX / José Corredor-Matheos y Daniel Giralt Miracle. -- Barcelona : Salvat Editores, 1973.  
2.- Esteban Leal, Paloma.
           La impronta Cézanne en el arte del siglo XX // En : Descubrir el Arte. -- Madrid : Arlanza Editorial.-- N° 91

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