Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Glosa
Aquesta divina unión,
del amor con que yo vivo,
hace a Dios ser mi cautivo,
y libre mi corazón;
mas causa en mi tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué vida tan amarga
do no se goza al Señor!
Y si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga;
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir;
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza:
muerte do el vivir se alcanza
no te tardes que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
vida, no seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte perderte;
venga ya la dulce muerte,
venga el morir muy ligero,
que muero por que no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera:
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva;
muerte no seas esquiva
vivo muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿Qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí
si no es mejor perderte a ti,
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues a Él sólo es al que quiero,
que muero porque no muero.
Estando ausente de ti,
¿Qué vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
por ser mi mal tan entero
que muero porque no muero.
Santa Teresa de Jesús
SOBRE SANTA TERESA DE JESÚS.
Teresa de Cepeda y
Ahumada, más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús o simplemente
Santa Teresa de Ávila (Gotarrendura, Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de
Tormes, 4 de octubre de 1582), fue una religiosa, doctora de la Iglesia
Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas,
rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas).
Cultivó además Teresa la poesía lírico-religiosa. Llevada de su
entusiasmo, se sujetó menos que cuantos cultivaron dicho género a la imitación
de los libros sagrados, apareciendo, por tanto, más original. Sus versos son
fáciles, de estilo ardiente y apasionado, como nacido del amor ideal en que se
abrasaba Teresa, amor que era en ella fuente inagotable de mística poesía.
Las obras místicas de carácter didáctico más importantes de cuantas
escribió la santa se titulan: Camino de perfección (1562–1564); Conceptos del
amor de Dios y Castillo interior o Las moradas. Además de estas tres,
pertenecen a dicho género las tituladas: Vida de Santa Teresa de Jesús
(1562–1565) escrita por ella misma y cuyos originales se encuentran en la
biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del El Escorial; Libro de las
relaciones; Libro de las fundaciones (1573–1582); Libro de las constituciones
(1563); Avisos de Santa Teresa; Modo de visitar los conventos de religiosas;
Exclamaciones del alma a su Dios; Meditaciones sobre los cantares; Visita de
descalzas; Avisos; Ordenanzas de una cofradía; Apuntaciones; Desafío espiritual
y Vejamen.
También escribió Teresa poesías, escritos breves y escritos sueltos sin
considerar una serie de obras que se le atribuyen. Escribió Teresa también 409
Cartas, publicadas en distintos epistolarios. Los escritos de la Santa Católica
se han traducido a varios idiomas. El nombre de Santa Teresa de Jesús figura en
el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Real Academia
Española.
Fuente de la Biografía:
Por Félix Esteves
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