América del Sur ha tenido un crecimiento económico bastante considerable, además de parecer estable políticamente. Este fenómeno socio-económico se debe a dos sucesos fundamentales: el fin de la guerra fría y la penetración de China en el mercado mundial.
Detrás de todo este
bello idilio suramericano se esconde otras realidades, otras verdades. Los
países centroamericanos y México, obviando por supuesto a Nicaragua, no están protegidos por el “Imperio Rojo
Chino”, ya que siguen vinculados a la
economía del Tío Sam y esto, claro está, les impone otra realidad.
En el hemisferio
sur que parece tan próspero y floreciente, el ambiente se aciaga cada vez más
por la terrible amenaza del populismo. Los gobiernos populistas de Sudamérica
se alinean con liderazgos mesiánicos que rebasan la institucionalidad y una
articulación de masas en asociaciones, corporaciones o movimientos, organizadas
por el Estado, que reprime la representación parlamentaria y se sustenta y
alimenta en el presupuesto público, que trabaja y opera al servicio de su
causa.
Por supuesto, estos
regímenes organizan conflictos, inventan peligros, originan guerras sociales y de clases, y luchan contra las supuestas malignas
conspiraciones, se constituyen en los superhéroes de los derechos del pueblo
amenazado por el Imperio Yanqui u otros enemigos inventados y en su nombre
cercenan libertades para combatir al mal como si se tratara de una guerra
santa.
En este sentido,
los gobiernos populistas empiezan a “limpiar” al pueblo de sus enemigos
internos primeramente, porque el discurso del supuesto enemigo Yanqui u otro
archienemigo foráneo se deja para ilusionar al soberano, para engañar al vulgo,
mientras en realidad sigue siendo esclavo del Antiguo Imperio (El Yanqui) y empieza el mismo a ponerse las cadenas del
Nuevo Imperio (El Chino). Así la primera maquinación, como es sabido, es
derrumbar a los medios de comunicación que no se rigen o se someten al régimen.
En Venezuela la
situación es más que conocida. El gobierno confiscó el primer canal de
televisión de señal libre Radio Caracas, y estrechó u obligó a los demás
canales a cambiar su tónica opositora, quedando como único bastión de las
libertades el canal de noticias Globovisión. El país se va hundiendo en un
autoritarismo cada vez más parecido al fascismo, las declaraciones del
presidente Hugo Chávez Frías hechas este jueves 2 de febrero así lo hace suponer:
“La oposición ha
dicho que hay que limpiar a la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) del
chavismo. Tendrían que acabar con la Fuerza Armada, porque la Fuerza Armada es
chavista, ¿No lo entienden todavía?”
Sí esto no es
fascismo ¿Entonces qué es?
El pueblo
venezolano tiene una oportunidad grande de cambiar su historia, primeramente,
este domingo12 de febrero cuando se realicen las elecciones de la mesa de la unidad
por el candidato que vaya a luchar por las próximas elecciones presidenciales;
el 7 de octubre de este mismo año le
toca el verdadero reto a los ciudadanos venezolanos, la oportunidad de sacar el
tirano y dejar atrás las patrañas del populismo.
La historia no se
equivoca, muchos tiranos se han querido perpetuar en el poder, pero al final siempre
caen. Desafortunadamente, la crecida de los precios del petróleo ha ayudado que
el populismo chavista se haya perpetrado por tanto tiempo, pero no debido a que
ha aprovechado las riquezas en beneficio del pueblo para su educación y su
bienestar, los medios financieros ilimitados que hemos obtenido durante este
vil gobierno sólo ha servido para
instaurar autoritarismos, y lo que es peor y lo más terrible para comprar
conciencia de vecinos internacionales, que imitan la técnica y metodología populista.
El populismo no es
nada nuevo y por desgracia es una consecuencia inexorable de la Democracia,
todos los candidatos caen en ella a la hora de sus campañas electorales pues le
dicen al pueblo lo que el pueblo quiere escuchar muy independientemente de la
verdadera situación o de la realidad objetiva.
Tenemos que estar
muy atento a los discursos de los candidatos de la mesa de la unidad y sopesar,
revisar, comparar, analizar y razonar sobre cada palabra, cada promesa, para
votar por aquel o aquella que su política de cambio sea más apegada a la
situación del país y se acerque a la realidad en la cual vivimos, el pueblo está
cansado de promesas vanas y de cuentos, y más aún de este surrealismo “real-maravilloso”
que la hipnocracia de Chávez ha creado y que por infortunio muchos se lo han creído.
La hipnocracia es
el estado hipnótico colectivo en virtud del cual un gobernante omnímodo atrae
de modo irresistible a gran parte de sus gobernados mediante un discurso
reiterativo y dominante. El presidente
de la republica Hugo Chávez Frías desde el primer momento que tomó el poder,
casi como un Dios omnipresente y omnipotente,
ha ametrallado cada día a los venezolanos a través de la red nacional de
televisión y radio con su insistente
discurso populista y baratero, además que ha regalando dinero y comprando
conciencia a montones en vez de regalar puestos de trabajos y oportunidades de
progreso. Pero su gobierno falaz ha sido de tal extremo que la hipnosis ha
dejado de funcionar y el pueblo venezolano está despertando de tan terrible “sueño
conducido”. Desde las últimas elecciones
de la asamblea se demostró que más del 52% de los votantes rechazó las promesas
vanas del tirano.
Es necesario que el
pueblo despierte en su totalidad del “sortilegio populista chavista”, este 7 de Octubre es un momento de demostrar inteligencia y acabar por todo con el
autoritarismo imperante y defenestrar el totalitarismo que la hipnocracia
quiere imponernos. Estos últimos meses el gobierno ha querido volver a
hipnotizar al pueblo prometiendo casas, becas a las madres desamparadas y
regalando el superávit petrolero que cada vez es menor.
Es hora de
despertar, de abrir los ojos, pero también de ser valientes: Votemos por el
progreso, votemos por las libertades, votemos por conseguir el desarrollo que
por catorce años nos han negado.
Por Félix Esteves
Habra que ver si las elecciones son completamente limpias, pues me temo totalmente lo contrario. Chavez no perdera porque controla la votacion por sus propios medios. Aun si en el supuesto caso que sea derrotado, puede iniciar un golpe de estado alegando cualquier locura. Les deseo que sus sueños se cumplan.
ResponderEliminar