Federico Chopin nació el 1 de Marzo de 1810 en la villa de Zalazowa Wola, ciudad de Mazovia, en Polonia. Desde muy temprana edad Chopin manifestó un maravilloso y extraordinario talento, incluso se le comparó con el genio de Mozart luego de que a la edad de 7 años compusiera dos pequeñas polonesas para piano. La noticia de que un nuevo talento musical apareció en todos los diarios de Varsovia, hecho que le abrió todas las puertas de los grandes salones de la aristocracia de la época como un niño prodigio.
Entre 1823 y 1826 Federico Chopin estudio en el liceo musical de Varsovia donde su propio padre era uno de los profesores. En 1822 culmina su formación de piano con el profesor W. Zywny. Ese mismo año comienza su formación particular en composición con Josef Elsner. Entre los años 1926 y 1929 compone un cúmulo de danzas y variaciones para piano. En 1826 compone su famosa Marcha Fúnebre opus 72 Nº 2. Tanto las enseñanzas de Zywny y Elsner le proporcionaron a Chopin una sólida base teórica y técnica, quien desde 1829 emprendió su carrera profesional como solista con una serie de conciertos en Viena.
El fracaso de la revolución polaca de 1830 contra el poder ruso provocó su exilio en Francia, donde muy rápidamente se dio a conocer como pianista y compositor, hasta convertirse en el “Favoris Talent” de los grandes salones de la Ciudad Luz. En París conoció a algunos de los mejores compositores de su tiempo, como Berlioz, Rossini, Cherubini y Bellini, y también, en 1836, a la que había de ser uno de los grandes amores de su vida, la escritora George Sand.
Entre los años 1930 y 1931 compone, entre otras, las famosas mazurcas opus 6 y 7, los nocturnos del opus 9 al 15 y los estudios para piano opus 10 números 5 y 6. Para esa época viaja a París donde conoce a músicos y compositores muy destacados de esa época. En 1834 compone el famoso andante spianato y gran polonesa brillante. En 1836 conoce a George Sand quien la impactó sobremanera y con quién compartirá algunos años en una relación de amor. Era su época de madurez donde la mayoría de sus grandes obras vieron la luz.
El 17 de octubre de 1849 Chopin muere de tuberculosis en París, en un lugar llamado la Place Vendome. Fue sepultado en el cementerio Pere Lachaise de París.
Casi toda la producción de Chopin está dirigida a su instrumento musical favorito, el piano, del que fue un virtuoso indiscutible e incomparable. No obstante, su música discrepa de ser un único vehículo de alarde y ostentación para este mismo virtuosismo: en sus composiciones hay mucho de la tradición clásica, una gran influencia de Mozart y Beethoven, e igualmente recoge algo de las composiciones de Bach, lo que concede y unge a sus obras una magnitud técnica y formal pocas veces encontradas en otros compositores contemporáneos, más afectos a la estética de salón.
Entre otras de las influencias que caracterizaron o plenaron la música de Federico Chopin están las melodías de los operistas italianos, con Bellini en primer lugar, y el folclor de su tierra natal polaca, y que se evidencia en sus series de mazurcas y polonesas. A todo ello hay que añadir la propia personalidad de Chopin, que si bien en una primera etapa cultivó las formas clásicas, a partir de mediados de la década de 1830 prefirió otras formas más libres y simples, como los impromptus, preludios, fantasías, scherzi y danzas.
Esta producción musical de su última etapa es tan brillante que sobrepasa los criterios estéticos de un momento histórico determinado. Sus poéticos nocturnos constituyen una excelente prueba de ello: de exquisito refinamiento expresivo, tienen una calidad lírica difícilmente explicable con palabras. Si bien Liszt, Schumann y Mendelssohn habían cultivado ya el romanticismo, fue Chopin quien lo llevó al delicado y exquisito borde del sentimentalismo lírico.
Chopin representa el romanticismo en estado puro, es el mejor ejemplo de la inspiración inmaculadamente idealista, aquella que nace del sentimiento amoroso, de la pasión y el estremecimiento idílico surgido de la contemplación y ensimismamiento de la naturaleza y de la búsqueda de la más primorosa y refinada belleza. Sin embargo, Chopin era intensamente exigente consigo mismo, cuando componía tocaba y retocaba una y otra vez sus melodías en busca del más mínimo defecto para corregirlas y llevarlas a la extrema perfección, muchas veces ni dormía, pasaba días y noches entera en su dolorosa pero exquisita búsqueda, hasta lograr la forma y el estilo que deseaba.
Chopin, indiscutiblemente, posee las magnitudes y la nitidez de un artista clásico, pero combinado magistralmente con el vuelo de la imaginación romántica y pasional que solamente el pudo imprimir en los pentagramas deseosos de ser poseídos con el amor, la melancolía y el ardor de su lirismo.
Aqui les dejo un video con la música de Chopin "Butterfly Etude" e imagenes de coloridas mariposas realizado por mi, espero que lo disfruten:
Por Félix Esteves
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