Todos los medios de comunicación transmiten y reseñan los acontecimientos que mantienen en vilo desde la semana pasada la paz en el Medio Oriente con la crisis en Egipto, como sabemos la nación de los faraones es un aliado de occidente e Israel frente a los gobiernos fundamentalistas islámicos como Irán y Siria. Para occidente y en especial para EE.UU. es importante mantener la paz en Egipto porque es este país quien controla el Canal de Suez, además que el presidente o dictador actual de la nación egipcia ha sabido mantener los terroristas alejados del territorio y del mar por donde navegan las embarcaciones petrolíferas que provienen de Irak, Kuwait y Arabia Saudí entre otros.
El gobierno americano de Obama, como principal nación occidental, tiene dos principios, cada uno tirando en una dirección diferente, que orientan el enfoque de los EE.UU. frente a la situación egipcia: En primer lugar, que los EE.UU. seguirá promoviendo los valores democráticos como derechos universales, y en segundo lugar, los EE.UU. no tratará de imponer cualquier forma de gobierno, o el conjunto específico de reglas, en cualquier país extranjero. Tal como dijo Obama en el 2009 en su visita a El Cairo: "No system of government can or should be imposed by one nation by any other," (1)
Pero hay una tercera fuerza que esta jalando los intereses norteamericanos y es el conjunto de beneficios pragmáticos de los Estados Unidos para tener una pareja estable en el Oriente Medio, para evitar que Egipto se convierta en un aliado para el extremismo, para mantener la paz inestable entre Israel y sus vecinos, y para mantener el canal de Suez abierto y seguro, entre otros. Y es que en la práctica a los norteamericanos y porque no a todo occidente les conviene que el Faraón actual siga en el poder.
Sin embargo el pueblo egipcio esta cansado de la burla de Mubarak y sus treinta años en el poder. Tres décadas de hambre, corrupción, malversación de los bienes públicos, y un total empobrecimiento de la población, mientras el Faraón y su corte alimenta sus arcas y construye pirámides de oro en los bancos extranjeros.
La solución para “El País del Nilo” es que Mubarak deje el gobierno y que la transición llame rápidamente a elecciones. Sólo esto, puede asegurar una paz en Egipto por ahora, lo otro es que el ganador de las posibles elecciones o el nuevo gobierno practique los principios democráticos y establezca una relación cordial con sus vecinos como las mantuvo el gobierno de Mubarak con Israel y con Occidente, es decir que la esperanza de los países amantes de la democracia y de la paz es que pase lo que pase en Egipto y sea quien sea el ganador en este conflicto interno sea capaz de establecer una estrecha relación en el futuro con el mundo libre.
Por Félix Esteves
No hay comentarios:
Publicar un comentario